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A solicitud del Gobierno de la Ciudad de México y de la alcaldía Gustavo A. Madero, el Instituto Nacional de Migración (INM) realizó un operativo el pasado fin de semana para retirar a migrantes extranjeros de las inmediaciones de la Central de Autobuses del Norte.
Las autoridades migratorias informaron que en diversas acciones fueron “rescatadas” 246 personas migrantes provenientes de Venezuela, Haití y de diferentes países de Centroamérica, quienes permanecían desde hace algunos días en calles aledañas a la terminal camionera.
En el operativo fueron retirados 192 mujeres y hombres adultos, así como 54 niños y adolescentes localizados en banquetas, camellones, parques y otros espacios públicos cercanos a la terminal de autobuses.
De acuerdo con la versión de testigos, los servidores públicos del INM, con el apoyo de la Guardia Nacional y de la policía capitalina, sorprendieron a los migrantes, quienes no fueron obligados a subir a más de 20 vehículos oficiales, aunque la sola presencia de los agentes migratorios provocó que algunas personas de distintas nacionalidades huyeran despavoridas del lugar.
Los migrantes que eran mayores de edad y que aceptaron moverse del lugar fueron llevados a distintas estaciones migratorias, mientras que los núcleos familiares (padres, hijos y acompañantes) quedaron bajo la tutela de la Procuraduría de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México, así como del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
El INM afirmó que la actuación de la autoridad migratoria “fue en todo momento apegada a las disposiciones de la Ley de Migración y su reglamento, así como en atención y salvaguarda del interés superior de la niñez”.
Sin embargo, algunos migrantes venezolanos narraron a EL UNIVERSAL que durante el operativo nocturno fueron jaloneados por elementos policiacos y obligados a dejar su campamento, a pesar de que vienen acompañados por varios menores de edad de entre uno y siete años.
“Tuvimos que salir corriendo, dejando parte de nuestras pertenencias. Sólo logramos salvar alguna ropa de los niños y cobijas. Perdimos plata, medicamentos”, lamentaron.
Además, denunciaron que desde su llegada a México han sido víctimas de la extorsión de elementos del Instituto Nacional de Migración, quienes les han quitado su dinero.
“Nos han robado muchas veces la misma Migración, desde Tapachula para acá. Hemos pasado por robos, maltratos y muchísimas cosas para llegar aquí. Y el sábado fue la prueba de que no nos quieren, de que nos tienen odio, porque tuvimos que dejar las carpas y las colchonetas”.
“¿Qué hacemos? No nos dejan ni estar aquí ni seguir avanzando, no sabemos qué hacer. Nosotros no nos queremos quedar en México, nosotros estamos usando a México como un medio de transporte para llegar a nuestro destino [Estados Unidos]”, comentó Trina, joven madre que hace dos meses salió de Venezuela con su familia y ahora se enfrenta al dilema de no tener dinero para comer ni un lugar para dormir, pues las casas de migrantes que han visitado están saturadas.
Otra integrante de la familia señaló que en los ocho países por los que han transitado y en su trayecto de Tapachula a la Ciudad de México “no nos ha agarrado ninguna mafia, la única mafia que nos ha agarrado es la de Migración, que nos ha quitado dinero”.
Mientras tanto, en las inmediaciones de la Central de Autobuses del Norte, luego del operativo del fin de semana, las calles lucen más tranquilas, aunque sigue habiendo migrantes extranjeros, quienes tratan de esquivar a las autoridades por el temor a ser deportados.
Si bien el INM informó que el operativo ya concluyó, comerciantes de la zona señalan que sigue habiendo patrullajes esporádicos del instituto y de la policía preventiva de la Ciudad de México para tratar de persuadir a los migrantes de no permanecer en la vía pública para evitar quejas de los vecinos.
Y es que la gran cantidad de personas extranjeras que están en la Ciudad de México a la espera de una cita con la autoridad migratoria para continuar su camino hacia la frontera norte ya ha provocado la molestia de la gente.
Tal es el caso de la calle de Florencio Constantino, en la colonia Vallejo, donde se ubica el refugio para migrantes Cafemin, y cuyo cierre exigen los vecinos. Este lunes, decenas de colonos bloquearon algunos minutos la lateral del Circuito Interior Río Consulado para demandar la clausura del inmueble, debido a la insalubridad que ocasionan en la calle los migrantes que esperan conseguir hospedaje, dijeron.