Las vallas que fueron colocadas en calles del Centro Histórico y el muro que rodea a Palacio Nacional, coinciden mujeres del ámbito cultural, son una provocación al movimiento feminista y son una representación de cómo este gobierno no ha mostrado empatía ante la violencia de género.

La escritora Malva Flores hace un recuento de cómo en Twitter varios de los miembros prominentes de este gobierno se han expresado acerca de las vallas. En 2013, Jesús Ramírez llamó a una de ellas “la valla de la ignominia”; en 2012, Marcelo Ebrard dijo que era ofensiva para la ciudad la valla colocada en San Lázaro.

Hoy se pregunta: “¿Van a oponerse a lo que exige el Presidente? Es mejor la salida fácil de decir que quieren protegernos o que desean evitar una provocación. Supongo que de un gobierno que permite que un violador sea candidato a una gubernatura no puede esperarse congruencia. Quienes debemos tenerla somos las mujeres. Aquellas que votaron por este gobierno y quienes no lo hicimos debemos unirnos y, en junio, mostrar que las mujeres somos la única oposición verdadera, votando en consecuencia”.

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La cantante Morganna Love lamentó que las vallas hayan sido colocadas. “Es increíble lo que hicieron. Espero que en algún momento el Ejecutivo decida darle toda la importancia que tiene a la violencia de género que sufrimos en este país. Deseo que decida levantar la voz y que no espere que alguien más de su equipo lo haga por él. Espero también que se pronuncie contra la violencia, que se informe de lo que pasa, que tenga empatía ante la situación de emergencia”, critica.

La escritora e ilustradora Eréndira Derbez coincide en que las vallas son una más de las provocaciones que se han lanzado desde la conferencia matutina. “Que digan que las vallas no se deben al miedo, sino para evitar daños a monumentos históricos, es desviar, es hacer fiscalización del tono; lo que les importa más son las formas de la manifestación y no el motivo de la manifestación, ni les importa tender puentes con nosotras ni acabar con la violencia ni con la impunidad ni mejorar sus estrategias de comunicación para vivir en un país menos machista”, advierte.

Para Lorena Wolffer, artista y activista cultural, con el amurallamiento se lanza el mensaje de que las feministas son un riesgo y desvía la conversación hacia la protección de “muros y piedras” y no hacia la protección de la vida de las mujeres. “Las declaraciones del Mandatario han sido lamentables en todo lo que se refiere hacia los feminicidios, hacia [Félix] Salgado Macedonio y hacia la conversación sobre cómo las mujeres nos vemos obligas a luchar por nuestras vidas. No es posible que un gobierno no garantice la vida de la mitad de su población y nos recrimine luchar por mantenernos vivas”.

La productora teatral Jimena Sealtiel comparte que las mujeres tienen miedo. “Si tan sólo nosotras pudiéramos levantar vallas que garantizarán nuestra libertad de caminar por la calle (...) Si tan solo nosotras pudiéramos amurallar nuestros cuerpos y a nuestras hijas. Si tan solo la eficiencia gubernamental para proteger monumentos fuera la misma para proteger a las mujeres... sería un país distinto”.

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