Los destapes anticipados de aspirantes de Morena a la Presidencia anunciados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, así como las giras de las llamadas corcholatas a mítines electorales los fines de semana, no violan la ley, pero sí buscan por parte del Titular del Ejecutivo federal el desviar la atención de problemas graves en el país como los homicidios o desaparecidos.

Así lo afirman politólogos y analistas a EL UNIVERSAL, quienes dicen que el presidente López Obrador, con esta sucesión y destapes adelantados, busca tener el control absoluto del proceso para elegir candidato en Morena, mediante el palomeo de los aspirantes, la descalificación de otros, la selección del método por encuesta, y que al final y al cabo será un dedazo al estilo del viejo PRI.

Jacqueline Peschard, investigadora de la UNAM, analista y exconsejera ciudadana del IFE, refiere que existe una “manipulación del proceso de sucesión en su círculo más cercano por parte del Presidente, donde él decide a quién pone y a quién no, lo cual es una enorme distracción sobre los problemas que los que tendrían que atender en el país y en ese juego donde impone agenda, los medios también hacen eco”

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Indica que si bien no está prohibido, funcionarios como el canciller Marcelo Ebrard o la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, puedan apoyar los fines de semana a candidatos a gobernadores de Morena, porque están fuera de su horario de trabajo, lo que preocupa es que esta sucesión adelantada desvía la atención de la agenda nacional y de temas que se deberían atender como la inseguridad o la corrupción.

Contrario a la vieja consigna de Fidel Velázquez de que “el que se mueve no sale en la foto”, comenta, López Obrador lo destapa, lo pone a competir y mantiene el control en este proceso de sucesión, distrae la atención de los graves problemas nacionales, trata con desprecio a los aspirantes al llamarlos corcholatas y se convertirá en el gran elector que decida al candidato de Morena al imponer el método para seleccionar a su sucesor.

El analista político Gabriel Guerra reconoce que es el proceso de sucesión presidencial más adelantado en los últimos cinco sexenios y lo paradójico es que es impulsado por el Presidente. “Lo curioso, que hace tres años el discurso de la oposición es que López Obrador se quería reelegir y lo que estamos viendo ahora es que él está impulsando el debate, la discusión de su sucesión en 2024.

“Me preocupa un poco porque evidentemente distrae a los aspirantes al pensar en otras cosas en vez de los temas de sus dependencias, de sus gobiernos, por las ambiciones sucesorias, pero cuando están alentadas desde Palacio Nacional se acelera mucho más la presión. Queda claro que el Presidente los está evaluando como funcionarios y en sus habilidades como precandidatos.

“No sé si lo ideal para la gobernanza del país sea tener a un secretario de Gobernación, un canciller, una Jefa de Gobierno ocupados en demostrar también que pueden ser buenos candidatos. Es un elemento de distracción demasiado temprano”, subraya.

Khemvirg Puente, politólogo, académico e investigador de la UNAM, considera que el destape de corcholatas no pone en riesgo la gobernabilidad del país, pero sí existe la posibilidad, luego de las elecciones en el Estado de México, de una ruptura en el interior de Morena, cuando se elija al candidato presidencial.

Apunta que la estrategia del Presidente es desviar la atención de temas sustantivos sobre los resultados de su gobierno y también recordar que él tiene el control del proceso de sucesión como en los viejos tiempos del PRI, donde aprendió bien los rituales y tradiciones con una excesiva concentración del poder, de verticalidad, de disciplina, en donde él es el gran elector como lo fue Carlos Salinas de Gortari, quien jugó con la baraja de aspirantes como Manuel Camacho, Pedro Aspe, Donaldo Colosio y otros.

José Perdomo, catedrático de la Universidad La Salle, dice que el destape es el mayor distractor para no hablar en las mañaneras de los temas más dolorosos y graves del país como son los 120 mil homicidios o 100 mil desaparecidos. “Es una absoluta manipulación y distracción”. Recalca que no afecta la gobernanza del país, “porque no existe” y lo único que le preocupa al Presidente es demostrar su poder político en la sucesión.

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