Ayer por la mañana se sabía que en representación del gobierno de México un funcionario viajaría a Mangua para estar presente en la quinta toma de posesión de Daniel Ortega como presidente de aquella nación. Más tarde, se supo que el enviado sería el director general para América del Sur de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martín Borrego Llorente . Por la noche, se informó que ni Borrego Llorente, ni algún otro funcionario mexicano viajaría a Nicaragua para estar en la toma de posesión. Por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que sería imprudente que nadie asistiera a la toma de posesión de Ortega, por lo que dijo que alguien asistiría. Las declaraciones del mandatario fueron interpretadas por algunos como una contradicción por lo informado la noche del domingo por la cancillería, incluso se dijo que le enmendó la plana al canciller Marcelo Ebrard .

Lo cierto, nos hacen ver, es que no hay contradicción alguna. Lo informado por la cancillería el domingo es cierto, ningún funcionario de México viajó para estar presente en la investidura de Ortega. Hoy se informó quien estará en el acto es Ramiro Ayala Muñoz, jefe de cancillería de la embajada, misión diplomática que, por cierto, está acéfala. Don Ramiro es un empelado de la embajada mexicana que está en Managua, y al no haber embajador él asiste al acto en representación del gobierno mexicano. Nos dicen que estaba considerada la asistencia de Ayala Muñoz, quien habría acompañado al funcionario mexicana que hubiese sido designado por el gobierno el presidente López Obrador, situación que a final de cuentas no sucedió.

En lo que no hay confusión alguna, nos comentan, es que la relación entre el régimen de Daniel Ortega y el gobierno mexicano no pasa por su mejor momento, y prueba de ello, es el nivel que decidieron darle al representante a la toma de posesión.

ml