La inquietud e interés para que Jenifer Alejandra Miranda Villedas se convirtiera en maestra, nació cuando su hermana —con síndrome de Down— acudía al Centro Psicológico de Intervención Integral Yakunaj, un pequeño plantel ubicado en el Estado de México, que a diario recibe a personas con necesidades educativas especiales.

“Trabajar con este tipo de personas me ha dado muchas satisfacciones, felicidad y nuevos retos para que mis niñas y niños sigan aprendiendo. Ellas y ellos no conocen la maldad, es gente inocente de la que aprendo continuamente”, comenta.

Además, sus alumnas y alumnos le han enseñado cómo disfrutar de la vida, cómo hay que vivir al máximo cada momento y a no limitarse.

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La hermana de Jenifer falleció, pero no así el amor que la maestra sintió para ayudar a niñas, niños y adolescentes con esa discapacidad a que aprendieran a ser autosuficientes.

“Mi hermana murió lamentablemente, pero mi mentalidad de vida fue dedicarme a estos pequeños y pequeñas para apoyarlos, y es esto lo que me ha permitido crear, innovar y mejorar”, asegura.

Jenifer tiene 28 años de edad y siete de haber ingresado al magisterio, en el que quiere seguir dedicándose a niñas, niños y jóvenes con sóindroime de Down o que padecen autismo.

Señala que aunque en México se dice que se trabaja para evitar la exclusión de este tipo de estudiantes, sigue habiendo rechazo contra las personas con síndrome de Down.

“Estamos en un país donde se habla de inclusión, pero en realidad no la hay. Se les sigue excluyendo y marginando”, considera la docente.

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