Macuspana, Tab.— Sorprendido, visiblemente molesto y con la advertencia inédita de que dejaría de dar su discurso si la gente no paraba de gritar consignas contra autoridades locales, el presidente Andrés Manuel López Obrador regresó a su municipio natal, donde pidió a la población “dejar a un lado la politiquería, la grilla y mandar al carajo a ambiciosos y corruptos”.

En su último día de gira por la entidad y en un encuentro con la comunidad, el cual se esperaba que fuera el más emblemático, el Mandatario acusó en su discurso (que sólo duró la mitad) que debido a la grilla, los logros de su gobierno no se alcanzan a ver.

“¿A mí también me van a gritar?”, preguntó después de que una multitud abucheó al gobernador Adán Augusto López y al presidente municipal Roberto Villalpando. Los presentes contestaron que no.

“Quiero pedirles que analicemos las cosas y que podamos hacer la diferencia entre la politiquería, la grilla y la tarea que tenemos todos de transformar a México, porque hay quienes nada más están pensando en cómo se encaraman en los cargos públicos para sacar provecho personal. Al carajo los ambiciosos, los corruptos”, agregó.

En la reunión, en la que también se encontraban trabajadores petroleros, señaló: “Ahí andan como 20 o 30 candidatos para ser líderes del sindicato o de la sección del petróleo, ¿para qué? Para hacer lo mismo, creen que va a ser lo mismo, [pero] ya eso se acabó.

“Esa es mi misión y eso es lo que estoy haciendo, porque a veces por la grilla, por la politiquería, parece como si no estuviésemos haciendo nada”, sentenció.

A pesar de haber pedido que finalizaran los abucheos contra los mandatarios locales, el Ejecutivo insistió: “Miren, ahí están, ahí están [otra vez] los gritos, ¿qué ganamos con eso?, ¿van a seguir gritándole al presidente municipal?”

—“¡Sí!” —contestó la multitud.

—“Pues no estoy de acuerdo. No voy a hablar (...) hasta que escuchen. Me dio mucho gusto estar aquí. No voy a poder seguir hablando, porque así no se puede. No quiero politiquería, no quiero grilla. ¿Me van a escuchar? A la autoridad se le tiene que respetar”.

Contrariado, López Obrador escuchó que no se había llevado a cabo la condonación de pagos atrasados por electricidad como él lo había ordenado.

“Ah, ¿cómo no?, ¿qué?, ¿pagaron lo anterior? No, a ver, a ver, a ver, vamos analizando. No, no, no. Si no va a ser a gritos y a sombrerazos, no”, replicó.

Ante esta situación, y en ánimos de conciliar, el Mandatario informó que ordenará a Manuel Bartlett, titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), acudir a esa entidad para bajar la tarifa de luz; además, prometió la construcción de un sistema de agua potable, así como la rehabilitación del hospital IMSS-Bienestar que él fundó.

A las personas que le gritaban que los programas sociales no les han llegado, les dijo que “la mentira es del demonio, reaccionaria, y la verdad es revolucionaria”.

Antes de terminar su discurso, volvió a decir a los asistentes: “Nada de grilla, nada de estar apoyando a esos candidatos que no tienen principios, ya pasó ese tiempo de la borregada. Cada ciudadano tiene que tener su propio criterio y no dejarse manipular por ningún ambicioso”, destacó en un tono más sereno y dando fin a su breve y poco común intervención.

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