San José.— Ecuador, que gastó 725 millones de dólares en comprar pertrechos bélicos a Estados Unidos, Rusia, China, México, España, Venezuela, Brasil, Sudáfrica y 13 proveedores más de América, Europa y Asia de 2000 a 2022 en paralelo a la filtración escalonada de los cárteles mexicanos del narcotráfico en suelo ecuatoriano, empezó a coquetear con la opción de abrirse a la presencia militar estadounidense para afrontar la peor crisis de seguridad de su historia.

Un acuerdo suscrito en septiembre de 2023 en la Casa Blanca por el presidente de EU, Joe Biden, con el entonces gobernante de Ecuador, Guillermo Lasso, serviría a Quito para pedir a Washington el despliegue de militares estadounidenses —tropas, asesores, inteligencia u otras modalidades— a territorio ecuatoriano para combatir al crimen organizado.

EU confirmó el 11 de este mes que enviará una comitiva a Ecuador para evaluar la crisis con el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa. Sin confirmación oficial, trascendió que estaría llegando la próxima semana.

El proceso, en el que tampoco se descartaría establecer una base castrense de EU en Ecuador, entró a sus fases iniciales y privilegiaría militarizar la seguridad y el combate al narcotráfico para enfrentarse al más agudo conflicto ecuatoriano de inseguridad en el siglo XXI. Una alternativa sería albergar a tropas de EU en cuarteles de Ecuador, según fuentes políticas en Quito.

Sin éxitos y en una estrategia fracasada, México, Ecuador, Honduras, Guatemala, El Salvador, Colombia, Nicaragua, Perú y otros países de América Latina y el Caribe militarizaron la seguridad y el ataque al contrabando de drogas.

“Esta lógica no ha dado resultados. La salida no va por ahí. El problema del narcotráfico proviene de la red global del crimen organizado”, relató el historiador y urbanista ecuatoriano Fernando Carrión, académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), ente no gubernamental autónomo.

“Proviene de la articulación de los holding [conglomerados], como el cártel mexicano De Sinaloa, la mafia italiana Ndrangheta, la banda criminal brasileña Primer Comando de la Capital o la red colombiana del Clan del Golfo, con organizaciones locales. No puede ser con política de mano dura o de presencia militar”, dijo Carrión a EL UNIVERSAL.

Salvo algunas cuestionadas victorias, los despliegues castrenses fracasaron en la meta de arrasar al narcotráfico y atizaron la corrupción militar. El panorama americano del tráfico ilícito de estupefacientes se consolidó en 2024 como más grave que en 2000 o que en 1971, cuando EU proclamó la guerra antidrogas.

“Vivimos un estado de impunidad generalizada. Ecuador se convirtió en país ideal para actividades criminales”, afirmó el politólogo ecuatoriano Sebastián Mantilla, director ejecutivo del (no estatal) Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (Celaep), de Ecuador.

“La solución al delicado y agudo problema de inseguridad que vive Ecuador no pasa por una solución militar. Tampoco con aplicar un Plan Colombia como se hizo en su momento en Colombia”, dijo Mantilla a este diario.

Ejecutado de 2000 a 2016 por EU y Colombia, el Plan para la Paz y el Fortalecimiento del Estado —Plan Colombia— fue el mayor involucramiento político, militar, financiero y de inteligencia de Washington en América Latina y el Caribe en el siglo XXI para combatir al narcotráfico.

EU gastó unos 15 mil millones de dólares en esa iniciativa, mientras que el narcotráfico empoderó a Colombia en 2023 como principal productor mundial de cocaína: hoy hay más cocaína que en 2000.

“Más allá de que las fuerzas armadas combatan al crimen organizado [ahora grupos terroristas], Ecuador es muy vulnerable por la debilidad institucional y la corrupción en el sistema de justicia. La infiltración del narcotráfico se ha dado en la Policía Nacional, en parte de las Fuerzas Armadas y en fiscales y jueces con la tentación del dinero del narco”, adujo.

De Sinaloa y CJNG extendieron sus cadenas de tráfico de cocaína de Colombia a Ecuador, convertido en trampolín del contrabando aéreo, terrestre y marítimo a Centroamérica, México, EU, Europa, Asia, África y Oceanía.

Gasto millonario

El gasto militar de Ecuador sumó 84 mil 371 millones de dólares de 1949 a 2022, reveló el (no estatal) Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

El monto de 2000 a 2022, fase de mayor penetración de los más poderosos cárteles mexicanos —De Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG)— en Ecuador, llegó a 49 mil 281 millones de dólares, más de tres veces en 23 años que el Plan Colombia en 17, sin triunfos y ya empoderadas las mafias de México. Para comprar aviones, sistemas de defensa aérea, misiles, armas navales, buques, vehículos blindados y otros pertrechos, Ecuador pagó 725 millones de dólares de 2000 a 2022 y 3 mil 579 de 1950 a 199, reportó SIPRI.

Con unos 18 millones de habitantes, Ecuador registró un gasto militar de 2 mil 411 millones de dólares en 2022, según SIPRI. Guatemala, El Salvador y Honduras —con 35 millones de personas en conjunto, asediados por De Sinaloa y CJNG y también sin vencer al narcotráfico— gastaron mil 248 millones de dólares en 2022, precisó.

Hostigado por un sangriento estallido criminal callejero precedido por 20 años de desgaste e inseguridad, el presidente ecuatoriano, el derechista Daniel Noboa, decretó el 9 de enero el estado de “conflicto armado interno” con el masivo despliegue militar y policial y defendió que la militarización protegerá a ecuatorianos.

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