Bruselas.— Más allá de la moral de sus soldados y reservas, no tiene con qué responder a una eventual agresión a gran escala por parte del régimen ruso de Vladimir Putin.

Desde la anexión unilateral de la península de Crimea en 2014, las autoridades de Kiev han fortalecido sus fuerzas armadas para repeler una posible agresión del exterior, pero el arsenal adquirido en el mercado armamentista de las naciones integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no es del calibre requerido para hacer frente al despliegue de 100 mil tropas rusas en la frontera.

Incluso, el armamento recibido en los años por las capitales que públicamente apoyan a Ucrania, como Washington, Varsovia y París sólo sirve para mantener en alto la moral de sus tropas desplegadas para contener el avance de las fuerzas separatistas prorrusas en la región del Donbás. Esa es la conclusión a la que llega Siemon Wezeman, experto del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), al examinar las transferencias de armas convencionales al país en los últimos ocho años.

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Los datos de la organización especializada en transferencias armamentistas revelan que a pesar del discurso, EU y las naciones de la Unión Europea (UE) no han tenido interés en armar a Kiev para una confrontación a gran escala con Moscú. La cantidad y el tipo de armamento transferido refleja que Bruselas y Washington sólo se han interesado en enviar lo suficiente para mantener el tablero geopolítico creado tras la usurpación de Crimea.

Polonia ha sido una de los más cercanas a Ucrania en materia de suministro de armas convencionales. En 2020 entregó 37 vehículos de combate de infantería BMP-1. El equipo es de segunda mano y compatible con el sistema heredado de la era soviética. España se ha encargado de apoyar el desarrollo del Sistema de Mortero Móvil Ucraniano. La contribución francesa se ha centrado en 20 patrullas navales tipo FPB-98 y 12 helicópteros EC 725 Super Cougar, para operaciones de combate, rescate o transporte de tropas. Dinamarca ha facilitado tres navíos StanFlex-300 especializados en limpiar minas en rutas fluviales estratégicas; Turquía ha puesto a disposición el sistema aéreo de combate no tripulado Bayraktar.

Lo más nuevo es lo entregado por EU, principalmente misiles portátiles antitanque FGM-148 Javelin. El pedido de 150 unidades fue realizado en 2019 y el material se entregó al año siguiente. El Pentágono ha transferido al menos 30 de los 50 vehículos blindados todo terreno versión M-1114 y M-1151. La Marina de Ucrania recibió además en 2018 dos patrullas clase Island y tenía previsto obtener tres más en 2021. El equipo recibido es para uso inmediato, con excepción de los misiles Javelin, que son más complejos y requieren de cierta capacitación para ser utilizados; EU ya adiestró a sus contrapartes ucranianas para emplearlos.

Wezeman sostiene que la cantidad tan baja de material bélico transferido muestra la renuncia de las naciones de Occidente a enviar armamento a Ucrania. “Muchos países de la UE y la OTAN no han querido, mientras que otros han dicho que hay que darles algo, pero no todo. Las transferencias se han limitado especialmente a material menos letal, como sistemas de comunicación y equipos de protección personal, como chalecos antibalas”, dice a EL UNIVERSAL. “Viendo los números y el tipo de equipo, es claro que el objetivo principal es mantener el status quo entre las fuerzas ucranianas y los rebeldes en el este de Ucrania, apoyados por Rusia”. La filosofía detrás de las entregas de Occidente, sigue, es “no echarle combustible al fuego”: darle a Ucrania lo suficiente para que mantenga posiciones, pero no para que llegue a pensar que puede ganar la guerra.

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“Hasta el momento sigue prevaleciendo la idea en la OTAN de que esta situación no puede resolverse mediante el uso de la fuerza, hay que mantener el status quo para que Ucrania y las fuerzas rebeldes negocien una solución”. El presidente de EU, Joe Biden, aseguró que “no tiene intención” de desplegar fuerzas estadounidenses o de la OTAN en Ucrania.

Wezeman dice que ante una eventual agresión rusa, la capacidad defensiva de Ucrania recaerá en la industria bélica nacional, la cual ha estado en evolución, haciendo énfasis en el desarrollo de material de infantería. Declara que la alta moral de los soldados ucranianos sería lo único que impediría que las fuerzas rusas les pasen por encima.

En los últimos días, algunos países de la OTAN han hecho anuncios sobre el despliegue de tropas en el flanco este. Dinamarca informó que enviará una fragata al Mar Báltico y aviones de combate F-16. Francia anunció el despliegue de tropas a Rumania; Holanda y España trasladarán dos aviones de combate F-35 y cuatro cazas Eurofighter a Bulgaria, respectivamente. EU tiene estacionados 8 mil 500 efectivos en Bulgaria y ayer llegó un tercer envío a Kiev con armamento estadounidense, que se suma a los dos del fin de semana con más de 170 toneladas de armas. La movilización de tropas al Báltico y los Balcanes, explica Wezeman, es un mensaje a Moscú de que no se le ocurra hacer una “estupidez” en uno de los 30 Estados socios.

“Ucrania no es socio de la OTAN, por lo que se aplica otra situación. Las tropas ahí enviadas son a voluntad nacional y exclusivamente con fines de adiestramiento, como lo han hecho con anterioridad, no es nada nuevo”, afirma.

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