San José. – El obligado y prolongado cierre de centros de educación básica y media superior en México desde 2020 por la pandemia del coronavirus afectó “negativamente” a unos 30,6 millones de mexicanos, en un proceso que arrojó “consecuencias desastrosas en su bienestar, desarrollo académico y socioemocional” y sus oportunidades a futuro. “Una generación de estudiantes podrá nunca recuperar los años de aprendizaje perdido”.

Las contundentes alertas fueron planteadas por la italiana Letizia Sozzi, especialista de Educación en Emergencias y destacada en la sede en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés).

El impacto del Covid—19 en México “ha comprometido el acceso a la educación de la población más vulnerable y los logros de aprendizaje alcanzados en el país después de varios años”, dijo Sozzi en una entrevista con EL UNIVERSAL.

Organismos internacionales plantearon que, de 2020 a 2022, América Latina y el Caribe retrocedieron unos 10 años en educación o perdieron 10 años por la pandemia. ¿Cómo vislumbra las consecuencias de este panorama?

La región de America Latina y el Caribe ha sido la última en reanudar clases presenciales a nivel mundial. Al 24 de mayo del 2022, 29 países y territorios recién reabrieron totalmente sus escuelas, 7 las tuvieron parcialmente cerradas, y un país está en receso académico. En la región hubo una media de 168 días lectivos sin clases presenciales entre marzo de 2020 y finales de abril de 2022. El cierre ha impactado el aprendizaje de millones de estudiantes, especialmente, en una región donde ya se tenían fuertes problemas de acceso a educación, desigualdad y un alto porcentaje de deserción escolar.

En encuestas conducidas por la oficina regional de UNICEF, de los 36 países de la región que fueron consultados, 16 de ellos, casi la mitad, han reportado no tener información sobre la existencia de evaluaciones o resultados preliminares del estado de los aprendizajes.

En el caso de México, ¿cuál ha sido la afectación y cuáles son las proyecciones o el panorama a corto, mediano y largo plazo?

Solo en México, el cierre prolongado afectó negativamente el proceso educativo de 25,4 millones de alumnos y alumnas de educación básica y 5,2 millones de estudiantes de educación media superior. Las consecuencias son desastrosas en su bienestar, desarrollo académico y socio-emocional, y sus oportunidades de desarrollo hacia el futuro. Además, ha comprometido el acceso a la educación de la población más vulnerable y los logros de aprendizaje alcanzados en el país después de varios años.

Estamos hablando de consecuencias en cuanto a aprendizaje que revertirán en consecuencias salariales y de calidad de vida.

En México, específicamente, un diagnóstico realizado en noviembre 2021 por el Proyecto de Mediación Independiente de Aprendizajes (MIA) y UNICEF, que involucró a cerca de mil 600 escolares entre 8 y 11 años reveló que el 66% de ellas y ellos no había alcanzado un nivel básico en habilidad lectora y un 97% en habilidad matemática.

Simulaciones realizadas por el Banco Mundial a nivel global en 2020 prevén una pérdida de 0.9 años de escolaridad que reducirá el promedio mundial de 7.8 años de escolaridad anterior a la pandemia a 6.9 años.

En este escenario, un estudiante promedio perdería 25 mil dólares en ganancias de por vida. Desde una perspectiva macroeconómica, la presente generación de estudiantes perdería ganancias estimadas en 16 billones de dólares.

¿Cuánto tiempo pasará para que México recupere lo que perdió en el sector educativo, lo que retrocedió, por impacto del coronavirus?

Aún no podemos definir un tiempo necesario, quizás, una generación de estudiantes, podrá nunca recuperar los años de aprendizaje perdido. Lo que sí es importante es que ya se regrese a clases completamente presenciales y las instituciones y planteles educativos puedan trabajar en un plan de preparación para futuras crisis, limitando posibles interrupciones futuras.

En crisis naturales, sociales o políticas, los marginados y con menos opción de salir de la exclusión social en México siempre son los más perjudicados. Les costó o no lograron conectarse a internet para sofocar el golpe. ¿Cómo repercutirá esto en México?

Lo que sabemos es que en México hay enormes brechas en cuanto a acceso a la educación a distancia, especialmente en áreas rurales con conectividad limitada.

Sabemos también, porque lo hemos observado mundialmente a lo largo de décadas, que el cierre prolongado de escuelas en respuesta a emergencias aumenta el rezago educativo y afecta sobre todo a las niñas, niños y adolescentes de menores recursos, por ejemplo, los que viven en comunidades indígenas, reduce sus oportunidades de desarrollo a corto, mediano y largo plazo llegando a afectar incluso su futuro laboral en la adultez.

Y contribuye a aumentar el riesgo de abuso físico y mental, además de la explotación laboral. Además, para otros programas, como por ejemplo de desarrollo infantil, el cierre de los espacios físicos donde se implementan los programas y actividades de educación pre—escolar e inicial restringe oportunidades para su desarrollo óptimo.

La educación a distancia no es una solución ideal para estas edades, ya que los niños y las niñas a esta edad necesitan una participación más directa y lúdica con los educadores.

¿Cómo enfrentar la carga negativa de la pandemia en la educación? ¿Se podrá revertir?

Mientras no tengamos actualmente evidencia sobre si se podrá o no revertir la situación, desde Unicef impulsamos que se desarrollen e implementen actividades de recuperación de aprendizaje en escuelas.

Es importante concentrarse sobre el nivel educativo del niños, niñas o adolescentes, en vez de (concentrarse) en la edad, ya que es posible que su nivel educativo no corresponda a la edad escolar.

Desde Unicef hemos trabajado con escuelas en programa de recuperación de aprendizaje en Guerrero llamado “Campamentos de Aprendizaje”, que ha dado resultados muy positivos.

Entre noviembre de 2021 y julio de 2022, 6 mil 957 niñas y niños de Chiapas y Guerrero de tercero a sexto de primaria recuperaron aprendizajes perdidos por el cierre de escuelas. En promedio las niñas y niños mejoraron su literacidad en 12% y su “numeracidad” en 13%.

También se capacitaron 364 docentes y mil 719 padres de familia. Adicionalmente, gracias a la abogacía de Unicef con las autoridades educativas a nivel federal, este método de recuperación de aprendizajes se presentó en el Consejo Técnico Escolar a más de 700 mil docentes en mayo 2022 y de manera voluntaria se han capacitado más de 34 mil docentes a través de la plataforma México X.

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