Sin haber lanzado un solo misil, todavía, el presidente ruso Vladimir Putin ya está sacudiendo a la vecina , al menos en términos económicos y de estabilidad .

La está teniendo serias consecuencias para una nación que ha tenido dificultades para retomar el camino del desarrollo desde la incursión armada de Moscú en 2014 y que se tradujo en la anexión unilateral de la península ucraniana de Crimea y la expansión del movimiento separatista pro-ruso en la región del Donbás.

De acuerdo con el Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW por sus siglas en alemán), la economía ucraniana está sufriendo sin que el país enfrente un conflicto militar.

La grivna, la divisa ucraniana , se ha depreciado desde noviembre, encareciendo el precio de los artículos importados y aumentando la inflación, lo cual a su vez ha tenido un impacto negativo en los ingresos reales y el crecimiento del PIB.

Las primas de riesgo y otros valores en los mercados de capital igualmente han aumentado. Solo Angola, Zambia, Nigeria e Irak pagan más que Ucrania por financiarse. Además, el proceso de reforma interna se ha ralentizado.

“La depreciación de la moneda y el aumento del costo del endeudamiento en el mercado exterior, a causa de la creciente incertidumbre, podrían ser aún más significativo”, indica el reporte elaborado por cinco analistas, entre ellos Vasily Astrov.

“El elevado nivel de incertidumbre está afectando la confianza tanto del inversor como del consumidor, lo cual probablemente se manifestará con una disminución del gasto y el aplazamiento de proyectos de inversión ”, puntualiza.

Entre las últimas firmas en posponer proyectos de inversión se encuentra la noruega Emergy, quien mandó al congelador la construcción del Parque Eólico Zophia, previsto en la región sureña de Zaporizhzhia.

En tanto que el fabricante esloveno de equipos de telecomunicación Iskratel baraja la posibilidad de retrasar algunos de sus planes. En noviembre pasado, la empresa eslovena lanzó un proyecto de inversión por 12 millones de euros en sintonía con su contraparte ucraniana Ukrtelecom.

“La incertidumbre sobre las acciones de Rusia, ya propició un hachazo a la economía ucraniana . Parte del juego de Rusia a largo plazo puede ser el desgaste económico y la amenaza militar , porque sabe que esa presión es de bajo riesgo y asimétrica”, indica Julia Friedlander, experta en temas económicos del centro de estudios Atlantic Council.

“Si bien no hay cifras exactas disponibles, es de suponer que la amenaza de una invasión rusa a gran escala ya le ha costado a Ucrania miles de millones de dólares que no está en condiciones de pagar”, sostiene en un análisis divulgado por Atlantic Council, Anders Aslund, investigador asociado y profesor en la Universidad Georgetown.

Aunque el estudioso sueco estima que los costes por pérdida de oportunidades económicas podrían ser aún más altos. “En pocas palabras, las tácticas de intimidación de Putin son una excelente manera de mantener a Ucrania atrapada en una crisis económica y vulnerable a la presión del Kremlin”.

Durante meses, la Casa Blanca ha advertido que . Los impactos de pasar de las amenazas a la acción, dependerá de la magnitud de la operación armada y de la forma como responda Bruselas y Washington en al ámbito de las sanciones , sostiene el instituto austriaco WIIW.

Independientemente de que sea una invasión a gran escala o dirigida a controlar ciertas regiones colindantes, la economía ucraniana sufrirá y requerirá de sustancial apoyo de Occidente para mantener la estabilidad macroeconómica. La UE anunció en enero un nuevo paquete de asistencia financiera por 1.2 mil millones de euros, que se sumó a los 120 millones de euros previamente asignados.

Rusia no saldrá ilesa de la eventual agresión militar, su aislamiento económico aumentará , al tiempo que “el mediocre crecimiento” registrado desde 2014 se prolongará en un contexto inflacionario y de depreciación del rubro . Las sanciones que probablemente impondrá Occidente, diplomáticas y económicas, seguirán teniendo efectos encontrados, por un lado reforzarán el movimiento conservador de la clase política rusa, y por el otro, alimentarán la creciente insatisfacción ciudadana hacia las élites .

Las sanciones de castigo selectivas, adoptadas en represalia a una agresión militar, afectará más a Europa que a Estados Unidos ; los más expuestos por su actividad comercial en el ámbito energético y alimentario s on Bulgaria, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y Eslovaquia .

Aunque se espera que la tendencia vista desde la anexión de Crimea en 2014, hacia una reducción de los vínculos comerciales y de inversión entre la Unión Europea y Rusia se profundice, favoreciendo la diversificación y la reducción de la dependencia energética. “En términos de seguridad, la crisis ha demostrado que la Unión Europea sigue confiando fuertemente en Estados Unidos”, puntualiza el documento.

El WIIW estimó en su momento que el conflicto por Crimea le habría costado a la economía ucraniana 8% de su PIB en 2014 y a Rusia el 1% en 2014-2016, principalmente por el aumento de los riesgos de inversión.

acmr