Panmunjom.— “¿Quiere que cruce la línea?”, “me sentiré muy honrado si lo hace”. Con estas palabras, Donald Trump y Kim Jong-un cumplieron ayer en la frontera entre las dos Coreas un nuevo acercamiento, aparentemente espontáneo.

Los líderes se reunieron en la Zona Desmilitarizada (DMZ), en Panmunjom, y acordaron retomar las estancadas conversaciones nucleares. Jamás un presidente estadounidense en activo había pisado suelo de Corea del Norte, que se enfrentó con su hermana del Sur en un sangriento conflicto entre 1950 y 1953, concluido con un armisticio, pero sin tratado de paz. Ambos mandatarios posaron para los fotógrafos y otros medios de la prensa local. “Una reunión maravillosa”, declaró el estadounidense luego del evento con el líder norcoreano.

Pyongyang calificó como “histórico” y “sorprendente” el encuentro. En un comunicado difundido este lunes, la agencia norcoreana KCNA dijo que ambos líderes resolvieron “retomar y dar un impulso a los diálogos productivos” en pos de la desnuclearización de la península coreana. Trump adelantó, tras concluir su reunión a puerta cerrada con Kim en la frontera intercoreana: “Lo que va a pasar es que en las próximas dos o tres semanas van a empezar a trabajar los equipos.

“Vamos a tener un equipo trabajando en ello”, dijo Trump antes de explicar que al frente de ese grupo van a estar el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun.

El titular de la Casa Blanca afirmó que se ha tratado de “una reunión muy consistente” y que “no hay prisa” por completar la desnuclearización de Corea del Norte.

También quitó peso a unas recientes pruebas de misiles realizadas por Norcorea. Argumentó que se trató de proyectiles de corto alcance “que cualquier país prueba con regularidad”, y precisó que de momento no se va a levantar ninguna de las sanciones que pesan sobre el régimen de Pyongyang.

Con respecto al comentario realizado anteriormente por Trump diciendo que iba a invitar a Kim para que visite la Casa Blanca, el presidente estadounidense aseveró que se lo ha propuesto antes de que comenzara su reunión a puerta cerrada. “Se lo he preguntado afuera. Le he dicho: ‘¿Sabes qué? En el momento adecuado vas a venir, los dos vamos a estar ahí’, pero aún nos queda camino por recorrer. Veremos”.

Mientras salía de Corea del Sur con dirección a Washington y terminaba su gira de cuatro días por Asia, Trump tuiteó sobre ser el primer presidente estadounidense en pisar Corea del Norte. “Estuve de pie sobre el suelo de Corea del Norte, una declaración importante para todos y ¡Un gran honor!”, escribió.

Kim elogió a Trump por ser el primer presidente de Estados Unidos en visitar Corea del Norte, diciendo que se trataba de un “acto valiente y decidido”. El encuentro se realizó un día después de que el mandatario estadounidense emitiera una invitación sin precedentes y expresara su voluntad de cruzar la frontera y de sostener un encuentro.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, elogió a los dos líderes por “ser tan valientes” para celebrar la reunión y dijo: “Espero que el presidente Trump pase a la historia como el presidente que logró la paz en la península coreana”. Trump voló desde Osaka, Japón, donde asistió
al G20.

La cumbre entre Trump y Kim en Vietnam durante este año se vino abajo sin que se llegara a un acuerdo para la desnuclearización de la península coreana. El mandatario de la Unión Americana se convirtió el año pasado en el primero en funciones en reunirse con el gobernante de esa nación aislada, en Singapur.

Desde entonces las conversaciones entre las dos naciones quedaron interrumpidas debido a que Pyongyang se retractó ante la insistencia de Trump de que renuncie a sus armas antes de que le reduzcan las sanciones internacionales contra el país. De todas maneras, Trump ha elogiado en público a Kim con la esperanza de mantener vivo un acuerdo y en las últimas semanas ambos han intercambiado cartas.

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