San José. – Luego de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador , y contra el arresto de adversarios políticos, opositores nicaragüenses alertaron que la posición mexicana confirmó el acelerado aislamiento del gobierno del presidente Daniel Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, de las democracias de América.

Aunque recibieron con beneplácito el pronunciamiento de López Obrador, diversos ámbitos opositores nicaragüenses recordaron que México despertó con un retraso de 30 meses ante el más grave conflicto institucional de Nicaragua del siglo XXI, que estalló en abril de 2018.

La oposición nicaragüense siempre lamentó que desde que asumió en diciembre de 2018, López Obrador se apegó estrictamente a la no injerencia en asuntos internos de otros Estados, la libre autodeterminación de los pueblos y el arreglo pacífico de las controversias y calló ante las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.

Cuestionado en una conferencia de prensa de este viernes sobre el agravamiento de la situación en el país centroamericano, el presidente de México contestó que “nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho, y no encarcelar, que sea el pueblo el que de manera libre decida sobre las elecciones”.

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“Una recomendación respetuosa que, si se actúa de esa forma, garantizando la libertad plena, se impide a quienes están acostumbrados a intervenir en asuntos de otros países el que tengan pretextos o excusas para entrometerse”, agregó.

Al recordar que la política exterior de México “nos exige que no intervengamos en asuntos de otros países, para que otros países no intervengan en asuntos que sólo corresponden a los mexicanos”, aclaró que “también” en la plataforma internacional mexicana está “la defensa de los derechos humanos, sobre eso sí podemos opinar de manera muy respetuosa”.

“Consideramos que se deben garantizar las libertades y que no debe de haber represión en ninguna parte, ni en Nicaragua ni en Colombia ni en ningún país del mundo se debe optar por la fuerza”, aseveró.

El gobierno nicaragüense continuó este mediodía sin pronunciarse sobre las manifestaciones del presidente de México.

Júbilo

“Tardías o tempranas, yo celebro las declaraciones de López Obrador”, afirmó el opositor y periodista nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro Barrios.

La crisis de Nicaragua se agudizó en abril de 2018 al estallar múltiples protestas en repudio a políticas sociales del gobierno, por lo que Ortega y Murillo respondieron con una sangrienta represión que se saldó con unos 325 muertos, miles de heridos, centenares de desaparecidos y unos 100 mil nicaragüenses obligados a huir al exterior.

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“Yo celebro que el presidente de México haya reconocido que hay una crisis de derechos humanos en Nicaragua y la necesidad de que haya elecciones libres, incluso por lo que él mismo mencionó de la no intervención (en los asuntos internos de otros Estados), porque al haber elecciones libres, transparentes, no habría pretexto para lo que él llama el intervencionismo de otras naciones”, dijo Chamorro a .

Hijo mayor de la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios viuda de Chamorro (gobernó de 1990 a 1997), y del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado el 10 de enero de 1978 por pistoleros de la dictadura de la familia Somoza, que gobernó de 1934 a 1979, el periodista alegó que hay un aislamiento regional del régimen nicaragüense.

“Ortega se está auto aislando al descalificar totalmente a las democracias del hemisferio occidental, a la OEA, y calificar a la OEA como una cloaca. Esas son sus palabras. Está enajenando cualquier gesto de apoyo que pudiera tener en algunos países, como México y Argentina. Él mismo se está auto aislando”, adujo.

En un discurso este jueves en una cumbre virtual de jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA—TCP), Ortega calificó a la Organización de Estados Americanos (OEA) como una cloaca.

En una resolución que aprobó el 15 de junio anterior con 26 votos a favor, tres en contra y cinco abstenciones (entre ellas México y Argentina), la OEA condenó al gobierno de Ortega y Murillo por las acciones que ejecutó a partir de este mes de arrestar y hostigar a una veintena de opositores, incluidos cinco precandidatos presidenciales, y pidió su libertad inmediata y la de “todos los presos políticos”.

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Tras el voto en la OEA, México y Argentina emitieron una declaración paralela para fustigar cualquier plan externo de inmiscuirse en asuntos internos de Nicaragua y rechazaron “imponer pautas desde afuera o de prejuzgar indebidamente el desarrollo de procesos electorales”. Nicaragua acudirá en noviembre próximo a comicios generales.

Criminales

Ortega argumentó el pasado miércoles en un acto público en Managua que ninguno de los cinco es candidato y que “aquí se está juzgando a criminales que han atentado contra el país”.

Bajo leyes aprobadas en 2020 por diputados dóciles a sus órdenes, Ortega y Murillo ordenaron la oleada de arrestos. Con el mando del Poder Judicial y de la Fiscalía General, la dupla gobernante desde 2007 los acusó de menoscabar la independencia, la soberanía y la autodeterminación, incitar a la injerencia foránea en asuntos internos, pedir intervenciones militares y bloqueos económicos y organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para actos desestabilizadores y terrorismo.

Para el opositor y exdiputado nicaragüense Eliseo Núñez, “lo llamativo de la posición de México, a pesar de llegar 30 meses tarde, es que Ortega ya no es capaz de mantener a su lado ni siquiera a quienes habían asumido una posición de indiferencia ante lo que pasaba en Nicaragua”.

“Aunque desde el punto de vista de los derechos humanos (México) llega tarde, porque tenemos 30 meses de estar sufriendo los nicaragüenses un atropello inimaginable de nuestros derechos humanos, si significa que ya el régimen de Nicaragua no tiene capacidad de gestión diplomática principalmente en América Latina, porque ya nadie le cree y ya todo el mundo sabe lo que está haciendo”, adujo.

“Vemos posiciones como la mexicana y de otros países que se van a ir sumando y, al final del día, el aislamiento ni siquiera va a requerir de acciones de parte de los países de América Latina”, explicó Núñez a este diario.

“Ortega da un discurso acusando a los opositores de traidores a la patria y dice que los va a tratar como que si fuesen narcotraficantes. Cree que con esto la comunidad internacional va al final a ceder a sus pretensiones de hacer de esto un proceso con algunos visos de legalidad. Pero vemos todo lo contrario”, planteó.

La cumbre de esta semana del ALBA—TCP, bloque anti—Washington que gobierna en Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y en cinco islas del Caribe anglosajón, ratificó su respaldo “incondicional” al gobierno de Ortega y Murillo “en su decisión de continuar defendiendo la soberanía, la paz y los notables avances sociales, económicos, de seguridad y de unidad nacional alcanzados”.

También condenó “los ataques y reiterados intentos desestabilizadores contra el gobierno legítimo” de Nicaragua por parte de Estados Unidos “promoviendo medidas coercitivas unilaterales entre otras acciones desestabilizadoras, para intentar interferir en sus asuntos internos”.

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