Bruselas.— El presidente estadounidense, Joe Biden, por primera vez hizo su aparición en la sede de la mayor alianza militar del planeta teniendo como telón de fondo a Europa en situación de guerra.

A bordo de su vehículo blindado La Bestia llegó a primera hora de la mañana al fortificado cuartel general de la OTAN. Ahí lo esperaban todos los líderes de los Estados miembros de la Alianza Atlántica para comenzar las consultas sobre el nuevo entorno de seguridad creado por la invasión a Ucrania por parte del ejército del presidente ruso, Vladimir Putin. “Bienvenidos a esta cumbre extraordinaria de la OTAN. Nos reunimos en momento crítico para nuestra seguridad”, fueron las palabras iniciales del secretario general aliado, Jens Stoltenberg. Tras la intervención de Stoltenberg, en la que condenó la agresión no provocada del Kremlin y reafirmó el apoyo a la soberanía de Ucrania, los micrófonos fueron silenciados y a partir de ahí las deliberaciones continuaron a puerta cerrada.

Pocos detalles emergieron de la reunión en la que el mandatario ucraniano Volodimir Zelensky habló a través de un video pregrabado. Zelensky denunció que su país se encuentra atrapado en una “zona gris”, entre Occidente y Rusia, y acusó a Moscú de usar bombas de fósforo blanco. También volvió a pedir aviones de combate y tanques para liberar ciudades acorraladas por las fuerzas rusas.

La ministerial concluyó con una declaración en la que la OTAN condena la invasión, pide a Rusia detener de inmediato la guerra y reafirma la solidaridad permanente con los ucranianos. Los líderes además acordaron reforzar su flanco oriental, creando cuatro batallones más en Bulgaria, Hungría, Rumania y Eslovaquia, y enviando 6 mil soldados adicionales, así como aviones y buques de guerra.

Si bien resaltaron el derecho que tienen los ucranianos a defenderse de una agresión externa, sobre los tanques y aviones de combate solicitados por Zelensky no hubo mención en el comunicado. El premier británico, Boris Johnson, reconoció que esa opción es “logísticamente complicada”, por el momento sólo habrá 6 mil misiles adicionales de las armerías británicas.

A la reunión del Consejo del Atlántico Norte siguió un encuentro entre los líderes del G7, incluyendo al premier japonés, Fumio Kishida. Ahí se discutió sobre seguridad energética y alimentaria, y afinaron los detalles del quinto paquete de sanciones coordinadas, que incluirán 400 nuevos individuos cercanos a la élite política y empresarial rusa. Pactaron implementar un sistema para identificar a los países, instituciones y sujetos que violen las sanciones en curso.

Biden habló a la prensa por menos de media hora. Luego de una breve introducción respondió preguntas. Afirmó que la OTAN “responderá” si Rusia emplea armas químicas. La respuesta, indicó, dependerá de la situación. También recordó que habrá consecuencias para China si apoya a Moscú. Recordó que el futuro económico de Beijing es con Occidente, no con Rusia. Aseguró que Rusia apostaba a que dividiría a la OTAN, pero se equivocó, las medidas de castigo continuarán.

Luego de subrayar que “la OTAN nunca ha estado más unida que hoy”, Biden se trasladó al edificio Europa, sede del Consejo Europeo, en donde fue recibido por el titular de la institución, Charles Michel. El inquilino de la Casa Blanca se sumó a las deliberaciones de los líderes de la Unión Europea, iniciadas una hora antes; se convirtió en el primer mandatario de EU que asiste físicamente a una reunión del Consejo en la capital de Europa.

La cumbre de la UE concluirá hoy, día en que Biden estará de visita en Varsovia, Polonia, epicentro de la crisis de refugiados provocada por la agresión militar rusa y país en primera línea del frente este de la OTAN.

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