San José.— Tras recordar que migrar “no es delito”, el presidente de Guatemala, , clamó ayer por enfrentar los líos migratorios regionales con “un énfasis principalmente humano” y no sólo como conflictos fronterizos de seguridad militar y policial, y destacó que México y Estados Unidos tienen vías económicas para “desincentivar” la migración irregular desde Centroamérica.

En una entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL, Giammattei afirmó que, a diferencia de la decisión que México adoptó este año, “no hemos hablado de legalizar la marihuana” y “sí” de combatir al narcotráfico, porque “el crimen organizado transnacional maneja altos flujos de dinero que corrompe a distintos actores”.

De 65 años, divorciado y con una hija, Giammattei asumió el 14 de enero de 2020 para una gestión de cuatro años en un contexto que se complicó por el ataque del coronavirus.

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Giammattei viajará mañana a México en visita oficial para dos días de pláticas con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre asuntos bilaterales y multilaterales.

México es un estratégico vecino de Guatemala en cuestiones políticas, migratorias, diplomáticas, económicas, militares y policiales en un lazo en el que Estados Unidos ejerce fuerte influencia como receptor de las corrientes del sur al norte de América de migrantes y drogas.

El siguiente es un extracto de la entrevista.

¿Planteará al presidente mexicano la necesidad de militarizar la frontera México-Guatemala para contener a los migrantes irregulares? ¿Cree que la solución es militarizar las fronteras? ¿Cuál debe ser la política?

—Desde el inicio de mi gestión en enero de 2020 asumí el compromiso de fortalecer la seguridad en fronteras como una estrategia para hacer frente a las amenazas transnacionales como el narcotráfico, la trata de personas y como una medida de prevención frente a la pandemia.

Desde el año pasado coordinamos acciones conjuntas con gobiernos de países vecinos, que incluyen despliegue institucional simultáneo en frontera, en el que participan diversas dependencias federales y estatales competentes en la materia.

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Ante las llegadas de flujos masivos de personas con características migrantes, como país trabajamos de manera coordinada con 40 instituciones nacionales e internacionales, relacionadas al tema migratorio. Aquí se incluyen fuerzas de seguridad, de asistencia humanitaria, de temas sanitarios y especializadas en asuntos migratorios.

El abordaje de la crisis migratoria debe ser integral no unidimensional. Nos encontramos frente a una crisis humanitaria, no sólo desde el punto de vista migratorio, también desde el tema de la seguridad sanitaria de Guatemala, la cual se ve amenazada con los flujos masivos que intentan ingresar al territorio nacional.

El Estado de Guatemala reconoce a la migración como un derecho humano. La migración no es un delito, siempre y cuando se respete la legislación migratoria, la soberanía, a las instituciones y a las familias guatemaltecas. Por nuestra parte seguiremos fortaleciendo nuestras capacidades y coordinado acciones con países amigos para fortaleceremos la seguridad en frontera de manera integral.

Por 50 o 60 años, Centroamérica vio pasar miles de miles de millones de dólares enviados por EU para desarrollo y hoy pobreza y retraso son evidentes. Ante los nuevos planes similares, ¿por qué ahora sí creer que habrá cambio?

—Proponemos pasar de una matriz de cooperación a una de inversión. Si EU y otros países como México abren sus mercados a los productos guatemaltecos y quitan las barreras no arancelarias que dificultan el intercambio comercial, podremos generar muchos más empleos en nuestro propio país y desincentivar así la migración irregular.

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La ayuda debe canalizarse de manera efectiva para que llegue a donde se necesita. Como gobierno no pedimos que la cooperación sea entregada a nosotros [sino] que se canalice a organizaciones cuya efectividad ha sido comprobada como el Programa Mundial de Alimentos.

Históricamente gran cantidad de recursos se ha canalizado [a] organizaciones no gubernamentales que cobran cantidades importantes en gastos administrativos y burocracia, lo que reduce el monto y la efectividad de la ayuda. Si la ayuda busca mitigar la migración irregular, debe enfocarse en atender las causas que la motivan. La gente lo que quiere es una oportunidad de desarrollo, un techo que le cubra, alimento para su familia, trabajo, educación, acceso a servicios de salud.

Washington alertó en abril pasado que una causa profunda de inseguridad humana y migración irregular de Guatemala, Honduras y El Salvador es la corrupción endémica. Esto no se resuelve de un día para otro. ¿Qué hacer?

—El combate a la corrupción es un compromiso y una prioridad de mi gobierno y no depende de disposiciones ni condicionamientos provenientes del extranjero, sino que se hace porque es lo correcto. Queremos fortalecer el Estado de derecho y erradicar la corrupción, ambos países estamos convencidos de la importancia de estos temas para el desarrollo. No debemos perder de vista que uno de los principales corruptores del Estado es el narcotráfico.

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El crimen organizado transnacional maneja altos flujos de dinero que corrompe a distintos actores.

El presidente de EU, Joe Biden, está pendiente de los líos migratorios en México y el Triángulo Norte. ¿Qué mensaje le enviarán usted y López Obrador?

—Veo positivo el interés renovado en la región. Creo que han comprendido muy bien lo importante que es que abordemos juntos, como socios, los problemas que nos afectan mutuamente. La migración es un problema multidimensional, debe abordarse integralmente, pero con un énfasis principalmente humano.

Hay asuntos tan importantes como la migración irregular y otros como el combate al narcotráfico, que representan desafíos comunes que debemos abordar desde las causas estructurales, mirando hacia adentro, hacia lo que lo provoca y no solamente a sus efectos.

Factores como pobreza, falta de oportunidades económicas, climas extremos, falta de medidas para adaptarse al cambio climático, la lucha contra la corrupción y la buena gobernanza que debe haber en nuestros países, son los de mayor incidencia. Esto también conduce hacia la seguridad fronteriza y la persecución penal del coyotaje. Se debe agregar el acoso de las pandillas a la población, hecho que también hay que afrontar.
 
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La forma más segura de disminuir la migración irregular es creando oportunidades en nuestros países. La ayuda que pedimos está principalmente orientada la apertura de mercados de exportación, a la atracción de inversiones para nuestro país. Generamos desarrollo económico y eso permitirá mejores condiciones de vida para los guatemaltecos. Existe una política de migración legal a través del otorgamiento de visas temporales para trabajo agrícola y no agrícola.

Si este mecanismo se va consolidando con cada vez más oportunidades de empleo, podrá llegar a ser un paliativo importante. Guatemala ha solicitado se le incluya en el Estatus de Protección Temporal. Esperamos que tenga una respuesta positiva en el futuro próximo.

Un grave problema de México y Guatemala es el narcotráfico. ¿Cómo demostrar que la lucha contra el narcotráfico todavía es prioridad en los nexos Guatemala-México?

—Centroamérica es una zona cuya posición geoestratégica le otorga un papel preponderante para garantizar la seguridad y la defensa del continente americano. Funciona como área importante de amortiguamiento, con características de puente terrestre, aéreo y marítimo que conecta el sur con el norte de América.

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El narcotráfico es una amenaza transnacional de múltiples dimensiones y Guatemala, al encontrarse ubicada en una posición geoestratégica, se convierte en una de las zonas más afectadas por el tráfico de drogas. Se estima que 90% de la droga producida en Sudamérica pasa por Centroamérica antes de llegar a EU.

El éxito de las operaciones que, a pesar de los retos adicionales que impuso el Covid-19, ha sido más evidente a partir de 2020. Desde el principio de mi administración giré instrucciones para la efectiva coordinación interinstitucional (…) y apoyo de aliados internacionales.

Guatemala parece una base crucial de los cárteles mexicanos. ¿Hablará con López Obrador de cómo atacar al narcotráfico o cree que la respuesta debe ser legalizar las drogas, como México decidió con la marihuana?

—Hay asuntos tan importantes como la migración irregular y otros como el combate al narcotráfico, que representan desafíos comunes que debemos abordar desde las causas estructurales, mirando hacia adentro, hacia lo que lo provoca y no solamente a sus efectos.

Los retos de Guatemala en la protección de fronteras en el contexto de las guerras de cuarta generación se extienden al más amplio espectro del poder nacional por lo que deben considerarse en la estrategia elementos políticos, económicos, sociales, sicológicos y militares.

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No hemos hablado de legalizar la marihuana. Sí hemos hablado y estamos trabajando en el combate al narcotráfico.

Guatemala es el único país de Centroamérica que cuenta con un horno incinerador para la destrucción de precursores y sustancias químicas, así́ como un complejo especializado para la destrucción de forma segura de dichas sustancias.

El gobierno de Guatemala emprendió, durante el año 2021, las acciones para fortalecer las capacidades de almacenamiento temporal, resguardo y posterior incineración o destrucción de estas sustancias ilícitas.