Bruselas. Los kits portátiles para diagnosticar en casa la están cada vez más a la mano de los europeos.

Las pruebas, que requieren que la persona recolecte una muestra e interprete por sí misma los resultados, están circulando para tratar de aumentar la seguridad en espacios de convivencia social a través de la rápida identificación de casos positivos.

Están siendo usadas principalmente al inicio de la jornada de oficina, antes de ir a clases o acudir al centro deportivo, aunque también se explora su aplicación en restaurantes, cines, teatros, centros culturales, festivales y parques de diversiones.

“Una prueba negativa no garantiza que no se tenga el virus. Siempre es posible que sienta malestar en dos días”; Anne-Marie Prins-Jacobs, farmacéutica.

“Pueden mejorar la accesibilidad a las pruebas. Permiten a las personas obtener el resultado rápidamente, lo que podría contribuir a la detección temprana de casos infecciosos y reducir aún más la transmisión comunitaria”, indica un estudio del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés).

“La autoevaluación podría mejorar el control de la enfermedad con una rápida identificación y aislamiento de los casos. Sin embargo, trasladar la responsabilidad de informar sobre los resultados de las pruebas, de los profesionales de la salud y los laboratorios a las personas, podría dar lugar a un subregistro y hacer que las medidas de respuesta, como el rastreo de contratos y la cuarentena, sean aún más desafiantes”, advierte.

La autoridad científica europea precisa que el autoverificador de coronavirus puede ofrecer ventajas siempre y cuando sirva como complemento a las pruebas PCR administradas por profesionales y en laboratorio.

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En el estudio participaron 23 investigadores, entre ellos Agoritsa Baka, experta encargada de la unidad de preparación y respuesta a emergencias sanitarias del ECDC, con sede en Suecia.

Sostiene que la introducción como herramienta de uso rutinario debe “planificarse bien e implementarse con cuidado”.

Es decir, los usuarios deben recibir instrucciones claras para realizar, interpretar e informar los resultados a la autoridad sanitaria, que a su vez debe contar con un sistema para recopilar los resultados proporcionados a través de aplicaciones móviles, línea telefónica o en comunicación con trabajadores de la salud.

“Esto garantizará que las autoridades puedan incorporar los casos positivos en los sistemas de vigilancia, brindar asesoramiento para el aislamiento y otras medidas preventivas, iniciar el rastreo de contactos y planificar pruebas adicionales utilizando métodos de laboratorio”.

Largo recorrido

A pesar de que se trata de una técnica desde hace tiempo conocida, el lanzamiento al mercado de este aparato portátil ha sido lento.

Estados Unidos fue el primero en aprobar su uso, en noviembre pasado. Desde entonces las pruebas de antígeno, aplicadas con un hisopo nasal poco profundo y que arroja el resultado en 15 minutos, está disponible con o sin receta médica en farmacias o tiendas minoristas.

La prueba va acompañada de una guía para la autoevaluación y se aconseja informar sobre los resultados al proveedor del diagnóstico, quien se encarga de notificarlos al departamento de salud. Algunas pruebas de diagnóstico cuentan con una aplicación móvil que permite notificar los resultados directamente a la autoridad estatal.

En Austria se ha venido incorporando a la estrategia nacional desde principios de marzo. Circulan en farmacias y sólo se pueden obtener un máximo de cinco pruebas por mes. La distribución es controlada a través del número de registro nacional de salud, de acuerdo con la información proporcionada al ECDC.

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Igualmente desde marzo en Alemania se pueden adquirir en supermercados, farmacias y en Internet. Por lo regular se usa en actividades cotidianas, antes de visitar a un conocido o ir al cine. Si bien no existe la obligación legal de informar sobre un caso positivo, se aconseja realizar una prueba de laboratorio para confirmar la situación.

En Inglaterra las escuelas reabrieron proporcionando pruebas gratuitas. Los estudiantes de secundaria, así como el personal escolar cuenta con dos kits a la semana. Cada resultado (positivo o negativo) se reporta al Servicio Nacional de Salud (NHS) a través de una aplicación en línea o llamando por teléfono.

Bélgica se sumó el bloque con su comercialización en farmacias a partir del 6 de abril. Las personas que tienen derecho a un esquema preferencial de seguro médico pagan un euro por kit, de lo contrario entre cinco y 10 euros. Dos son los productos inicialmente aprobados, elaborados por Roche y Biosynex.

De aquí al 1 de mayo, el gobierno belga proporcionará gratuitamente 570 mil pruebas para quienes deben trabajar fuera de casa, como los choferes de autobuses; en tanto que el Ministro Flamenco de Educación, Ben Weyts, espera a la brevedad que los 200 mil trabajadores de la educación en la región flamenca tengan acceso a dos pruebas por semana. Holanda también añadió las pruebas portátiles a su arsenal preventivo, han comenzado a comercializarse en farmacias por 9 euros.

¿A divertiste?

Las pruebas rápidas no son adecuadas para todos. Están destinadas principalmente a personas sin malestar y que podrían andar rondando con el virus.

Tampoco son motivo para bajar la guardia, la fiabilidad es de por lo menos 84%, de allí que sea menos confiable que la prueba PCR, de alta sensibilidad y realizada en laboratorio.

Existe la probabilidad de que una persona infectada tenga pocos rastros de antígeno, proteínas que se encuentran en la superficie del virus, por lo que es posible que la información arrojada por la muestra nasal no sea la correcta.

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“Una prueba negativa no garantiza que no se tenga el virus. Siempre es posible que sienta malestar en dos días”, dice a la prensa neerlandesa la farmacéutica Anne-Marie Prins-Jacobs, destacando la necesidad de mantener las reglas sanitarias incluso después de la prueba.

“Me preocupa, y es comprensible, que la gente con una prueba negativa se aloque”.

No obstante, los expertos sostienen que las pruebas portátiles tienen la ventaja del tiempo. Los test PCR son lentos, desde la toma de la muestra hasta conocer los resultados lleva entre cuatro y seis horas.

“Si identificas mucho más rápido a las personas contagiadas, el aislamiento y la información a sus contactos será igualmente más rápido”, dice la microbióloga del Centro Médico Universitario de Utrecht, Marije Hofstra.