Bruselas.— La industria bélica de Occidente, particularmente de Estados Unidos, Polonia, Alemania, Reino Unido y República Checa, ha sacado provecho de la guerra a gran escala emprendida por el presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania.

De ser una nación que no figuraba en la lista de grandes compradores de armamento, Ucrania pasó el año pasado a convertirse en el tercer mayor importador de arsenal bélico del planeta, después de Qatar e India, sostiene un reporte publicado este lunes por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI).

Con el gasto realizado el año pasado, Ucrania concentró 2% de las importaciones totales en el mundo durante el periodo de 2018 a 2022. “Ucrania importó muy pocas armas convencionales desde su independencia en 1991 hasta finales de 2021. Esto cambió después de la invasión rusa en febrero de 2022, cuando EU y muchos Estados europeos comenzaron a enviar grandes cantidades de ayuda militar a Ucrania”, indica la organización.

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“El volumen de las exportaciones estadounidenses de armas convencionales a Ucrania aumentó drásticamente en 2022”, dice.

Unos 29 países suministraron armamento a Ucrania para defenderse de Rusia, aunque cinco naciones concentraron tres cuartas partes de los envíos. Estados Unidos suministró 35% de las importaciones totales; seguido por Polonia, con 17%; Alemania, con 11%; Reino Unido, con 10%, y República Checa, con 4.4%.

El análisis elaborado por los investigadores Pieter Wezeman, Justine Gadon y Siemon Wezeman sostiene que el material transferido no fue de última generación, sino equipo de segundo uso. Entre el arsenal suministrado figuran 228 piezas de artillería, alrededor de 5 mil cohetes estadounidenses, 280 tanques polacos, más de 7 mil misiles antitanque del Reino Unido y sistemas de defensa aérea.

En gran parte de los casos, las compras fueron financiadas por otros Estados o por la Unión Europea ( UE) a través del Fondo Europeo para la Paz. La UE, hasta finales del año pasado, había puesto a disposición 3 mil 100 millones de euros para armar a Ucrania.

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Wezeman dice que los Estados de la OTAN no satisficieron del todo la lista del presidente Volodimir Zelensky, pues se negaron a enviar aviones de combate y misiles de largo alcance ante el temor de una escalada; no obstante, sí “suministraron este tipo de armas a otros países implicados en conflictos, especialmente a Medio Oriente y al sur de Asia”.

El futuro para la industria militar occidental es prometedor. No sólo Ucrania está gastando, también el resto de Europa. Las importaciones europeas fueron 47% mayores en 2018-22 que en 2013-17 y la tendencia es al alza.

En 2022 Polonia hizo un nuevo pedido a EU por 394 tanques, 96 helicópteros y 12 sistemas de defensa aérea, y al Reino Unido por tres fragatas; Alemania ordenó 35 aviones de combate para reemplazar la actual flota aérea que puede portar armas nucleares estadounidenses. “Es casi seguro que Estados Unidos seguirá siendo, por mucho, el mayor exportador de armas convencionales más allá de 2022”, dice. La industria bélica de Alemania prepara la entrega al extranjero de mil 389 vehículos blindados, 137 piezas de artillería y 29 buques; la francesa alista 210 aviones de combate y 21 navíos de guerra, en tanto que la italiana fabrica 115 aviones de combate y mil 703 blindados. Después de EU, Rusia fue el mayor exportador de armas entre 2018 y 2022, pero los pedidos cayeron el año pasado.

El informe estima que la invasión de Ucrania probablemente repercuta en la industria de exportación rusa, porque la producción tiene la prioridad de suministrar a las fuerzas en el frente de batalla y afectarán las restricciones comerciales impuestas por los aliados de Ucrania. Corea del Sur también está sacando tajada del nuevo contexto de seguridad generado en Europa por la agresión rusa.

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