San José.— El cineasta colombiano Gareth Steven Stella, de 26 años, perdió el ojo izquierdo por la brutalidad policial en las calles de Colombia.

El Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), fuerza élite de la policía colombiana, “me disparó al ojo”, narró Stella.

“Cuando me dispararon” tenía 24 años, dos de graduado en cine y televisión, y ahora defiende los derechos de justicia, memoria y reparación “de las víctimas de trauma ocular” en Colombia, relató a EL UNIVERSAL.

El ataque ocurrió en Bogotá el 24 de febrero de 2021 en la Semana Nacional contra la Brutalidad Policial, convocada por agrupaciones no estatales colombianas para pedir disolver al ESMAD.

Por la fecha de creación de esa unidad, 24 de febrero de 1999, las organizaciones la definieron hace varios años como día contra la brutalidad policial. Stella salió a repudiar la represión contra los paros nacionales en Colombia en 2019 y 2020, y fue agredido.

“Hay prácticamente una Escuela de las Américas en orden de reprimir a la población bajo las mismas lógicas de la Operación Cóndor”, aseguró, al citar dos hechos que deterioraron los derechos humanos en América en el siglo XX.

Las Américas fue una base de instrucción castrense que Estados Unidos operó, de 1946 a 1984, en el área del Canal de Panamá, y graduó a unos 60 mil policías y militares de 23 países de América Latina y el Caribe en torturas y violaciones a los derechos humanos. Entre sus egresados estuvieron algunos dictadores de la región.

Cóndor fue un operativo de represión política y terrorismo de Estado que EU desplegó a partir de 1975 con las fuerzas armadas de los regímenes derechistas de Argentina, Bolivia, Paraguay, Chile y Uruguay para combatir a los movimientos izquierdistas de esas naciones.

“Desde la interferencia de EU en nuestra política pública, vemos una persecución que en su mayoría busca desestabilizar cualquier expresión de izquierda, progresista, socialista, feminista, anarquista que no responda a favor de la derecha y de un proyecto conservador capitalista”, dijo Stella.

“La policía mutila, desaparece, tortura, viola, asesina y a través de los medios [de prensa] se dan graves señalamientos a las víctimas para exponer la idea de que se merecían lo que les pasó y luego [con] la jurisprudencia se garantiza la impunidad”, denunció.

Al aducir que “a los gobiernos no les importa el crimen o el narcotráfico, [porque] sus más grandes enemigos resultamos siendo jóvenes que ponemos en riesgo su estabilidad en el poder”, advirtió que “hay una voluntad popular por detener la brutalidad policial”.

“Cambiar la policía tiene que ser sí o sí, una tarea de la ciudadanía”, pidió.

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