San José.— Glamorosas, tiernas, sonrientes, afables, modernas, pícaras, audaces, talentosas, visionarias… y atrevidas: aliadas al , uno de los más temibles de México, tres guatemaltecas lograron superar al ancestral machismo patriarcal dominante y, sin tener que exhibirse con armas de fuego, escalar y empoderarse como el rostro femenino del narcotráfico en Guatemala.

La alcaldesa Isel Aneli Suñiga Morfin, la ambientalista Ana Gabriela Rubio Zea y la empresaria Marta Julia Lorenzana Cordón saltaron a puestos de mando del crimen organizado en Guatemala junto a la mafia De Sinaloa. ¿Evidenció el narcotráfico una igualdad de oportunidades para hombres y mujeres que carecen actividades legales?

“Las mujeres asumen control de las estructuras porque son parte de ‘la familia criminal’ por consanguinidad o afinidad cuando los hombres mueren o caen presos”, adujo la guatemalteca Carmen Rosa de León, analista política y consultora independiente internacional en seguridad y defensa.

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“Son parte de estructuras complejas de transacciones, como importar precursores químicos, porque llaman menos la atención o desarrollan redes de nexos que las protegen o pasan desapercibidas con empresas de fachada”, dijo De León a EL UNIVERSAL.

“Las mujeres se unen a las organizaciones principalmente por ser pareja o parte de la familia de un criminal. Mientras en las pandillas las mujeres suelen realizar las actividades más expuestas y pueden ser capturadas, en la criminalidad organizada ocupan lugares de mando por cercanía con el capo original”, narró.

“En unos casos son las esposas y en otros las hermanas o hijas que quedan al mando por la muerte o encarcelamiento del padre o esposo”, afirmó.

Suñiga, de 29 años, está libre en Guatemala. Rubio, en 2023, y Lorenzana, en 2021, fueron extraditadas a EU por narcotráfico.

Suñiga fue identificada el miércoles anterior por el Departamento del Tesoro de EU como narcotraficante con el Cártel de Los Pochos, de Guatemala, dirigido por su familia y aliado al Cártel de Sinaloa. La familia, con poder político, policial, militar y judicial en el suroccidente de Guatemala, cobra “impuestos” al cártel mexicano para “almacenar” cocaína en pueblos guatemaltecos limítrofes con México y luego introducirlos a territorio mexicano en ruta a EU, precisó el Tesoro.

Suñiga y sus parientes acumularon un robusto expediente criminal, según EU. En los comicios de junio de 2023, ganó la alcaldía del municipio de Ayutla, en el suroccidental departamento (estado) guatemalteco de San Marcos, limítrofe con México por medio de Ciudad Hidalgo, cabecera del municipio de Suchiate en el sureño estado de Chiapas.

La alcaldesa vivió en el lujo de pasarelas como Miss Guatemala y compitió en Miss Universo en 2017. En enero pasado asumió como alcaldesa, puesto que su padre, el guatemalteco Érick Suñiga Rodríguez, El Pocho, ejerció de 2008 y hasta que en 2019 fue extraditado por narcotráfico a EU, donde murió de cáncer en una cárcel en 2020.

La fama creció en 2021: su tío, el guatemalteco José Juan Suñiga, fue extraditado por narcoactividad a EU.

El Tesoro identificó a su esposo, el guatemalteco Juan José Morales Cifuentes, como contraparte del Cártel de Sinaloa para llevar de Guatemala a México la cocaína procedente de Colombia, Ecuador, Venezuela y Centroamérica.

En una vertiginosa carrera, Rubio, de 33, se forjó como defensora de la naturaleza e irrumpió en 2018 y 2019 en redes sociales de internet con la promesa de salvar al mundo de las avalanchas de plástico y su efecto incontrolable de contaminación ambiental.

Pero su batalla mediática contra el plástico le sirvió de pantalla de una trama criminal en la que se insertó en 2014 con un veneno: el contrabando de precursores químicos de China a Guatemala y México para producir fentanilo, mortal opiode sintético, y exportarlo a EU en componenda con Los Chapitos, clan mexicano del Cártel de Sinaloa.

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Lorenzana, de 47, fue jerarca del Clan de Los Lorenzana, que operó en el oriente de Guatemala en alianza con el Cártel de Sinaloa y al ser fundado por su padre, Waldemar, fallecido en 2021 en una cárcel de Estados Unidos y extraditado a ese país en 2014.

En un juicio en 2023 en un tribunal estadounidense, la hija de El Patriarca admitió que de 2008 a 2019 traficó 27 mil kilos de cocaína a Estados Unidos y podría recibir cadena perpetua.

El involucramiento femenino en el crimen “preocupa, porque son espacios que dan poder, estatus, dinero e impunidad y es lamentable”, aseveró el abogado guatemalteco Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.

“Aunque la actividad fue mantenida por hombres, [las mujeres] han ganado espacios por la demanda de droga. Pero debe haber castigos [judiciales] ejemplares. Si no, vamos a ver más mujeres y cada vez más jóvenes involucradas en esas bandas”, previó.

A Suñiga, Rubio y Lorenzana las precedió otra guatemalteca: Marllory Dadiana Chacón Rossell, de 51, alias La Reina del Sur y socia de cárteles mexicanos que, tras entregarse a EU en 2014, fue condenada en ese país en 2015 a 12 años de cárcel al confesar que lavó unos 200 millones de dólares.

La Reina del Sur purgó sólo tres al llegar a un pacto con los estadounidenses: destapar secretos del narcotráfico, pero quedarse a vivir en EU a disfrutar de su fortuna.

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