Tegucugalpa.— La candidata presidencial Xiomara Castro, del opositor Partido Libertad y Refundación (Libre), encabezaba anoche los primeros cómputos de las elecciones generales celebradas en Honduras, seguida del oficialista Nasry Asfura, de acuerdo con resultados preliminares difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Escrutado 30% de los votos, Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, tenía 53.52% de votos, contra 34.02% de Asfura, del Partido Nacional. De mantenerse los resultados, Castro, exprimera dama, se convertiría, en su tercer intento por la presidencia, en la primera mujer en gobernar ese país centroamericano.

Estaba previsto que los primeros resultados se anunciaran a las 20:00 horas locales (misma hora que la CDMX), pero el anuncio se retrasó debido a la alta afluencia que derivó en cierre tardío de casillas.

Más de 3.2 millones de hondureños ejercieron su derecho al voto, lo que supone 62% de los más de 5 millones habilitados, indicó Kelvin Aguirre, consejero presidente del CNE, quien felicitó al pueblo por demostrar que se puede “construir un futuro en paz y democracia”.

En las dos últimas elecciones —2013 y 2017—, el abstencionismo fue de 2.2 millones y 2.5 millones de votantes, respectivamente. Sin embargo, varios centros de votación lucieron ayer abarrotados. Algunos votantes dijeron que no querían que se repitiera la historia de 2017, cuando el actual presidente saliente, Juan Orlando Hernández, sumó un segundo periodo en el gobierno, en medio de protestas y acusaciones de fraude. Hasta ahora el Partido Nacional lleva 12 años en el poder.

“Esperamos que estas elecciones sean transparentes, no importa quién gane, pero que gane limpio”, dijo a The Associated Press José Alvarado, un abogado de 55 años, luego de votar. “Ya estamos cansados de tanta sinvergüenzura, queremos que ganen los mejores. Me levanté temprano para votar con entusiasmo, porque si la gente no le pone interés a esto, estamos perdidos”, advirtió.

Castro, quien sufragó temprano cerca de Catacamas, hizo campaña bajo el lema de que Honduras no aguanta cuatro años más con el mismo partido de Hernández en el poder. “Tenemos que parar estas caravanas de hondureños y hondureñas que salen masivamente de nuestro país por la inseguridad, por la falta de oportunidades, por la falta de trabajo, por la falta de salud, por la falta de educación”, señaló antes de votar.

“Es la oportunidad que tenemos de hacer un cambio”. Honduras, aseveró, necesita “el corazón de una mujer, que sepa gobernar, entienda el dolor que está viviendo el pueblo, sienta la necesidad de protección, especialmente para nuestra niñez y juventud”. También dijo que de ganar, instaurará un “gobierno de reconciliación”.

Las elecciones se dan en el marco de un escenario de violencia de las pandillas y del narcotráfico. El desempleo pasó, además, de 5.7% en 2019 a 10.9% en 2020, en gran parte debido a la pandemia de coronavirus. Ello ha derivado en la migración de miles de personas.

Están además, las acusaciones contra el propio presidente de estar relacionado con el narcotráfico. En Estados Unidos, fiscales ganaron una sentencia a cadena perpetua para el hermano de Hernández, Juan Antonio Tony Hernández, por narcotráfico, y han acusado al actual mandatario de financiar su ascenso político con dinero de las drogas, aunque no han presentado cargos contra él. Juan Orlando Hernández ha negado dichas acusaciones.

Castro promueve un “socialismo democrático” con una agenda que incluye la legalización del aborto en causales como violación, y está abierta a discutir el matrimonio igualitario. Sin embargo, no está claro cuánto cambio pueda generar. Su esposo, José Manuel Zelaya, fue derrocado por las fuerzas armadas en un golpe en 2009. Fiscales estadounidenses lo han vinculado con sobornos de narcotraficantes, algo que él rechaza.

Castro asegura promover el “socialismo democrático”. Sus rivales, en cambio, la acusan de comunista. En un país conservador, como Honduras, tampoco ha caído bien en un sector importante su propuesta sobre la despenalización del aborto.

Tanto el partido de ella como el de Asfura se declararon ganadores al cierre de las mesas electorales. Además de presidente, los hondureños votaron por tres vicepresidentes, 128 diputados al Parlamento, 20 al Centroamericano y 298 corporaciones municipales.

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