Bruselas.— La presentó este miércoles una caja de herramientas para evitar que la factura del gas y la electricidad llegue a niveles que resulten impagables para los hogares de los europeos.

La iniciativa fue presentada por la comisaria de Energía, , en respuesta al aumento exponencial de los precios de los energéticos y su impacto potencial en las familias y las empresas. “El aumento de los precios mundiales de la energía es un motivo de gran preocupación para la UE. A medida que salimos de la pandemia y comenzamos nuestra recuperación económica, es importante proteger a los consumidores vulnerables y apoyar a las empresas”, declaró.

Como solución inmediata para proteger principalmente a los más vulnerables de las facturas cada vez más altas, el Ejecutivo comunitario se pronunció a favor de autorizar el aplazamiento temporal del pago de los recibos de la electricidad, así como abogó por reducciones temporales en las tasas impositivas en los energéticos.

También pidió a los Estados ayudar a la industria y las empresas, de conformidad con las normas de la UE sobre apoyos estatales. Bruselas asegura que los socios de la Unión tienen recursos para apoyar a las familias frente a la crisis energética. Podrían recurrir a los 10.8 mil millones de euros recaudados adicionalmente durante los primeros nueve meses de 2021 bajo el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE), en comparación con el periodo 2020. La propuesta de la Comisión fue presentada una semana después de que el Parlamento Europeo celebrara un debate sobre el impacto de la subida de los precios.

Varios oradores reclamaron adoptar medidas excepcionales, como fijar tope a la electricidad, desligar el precio del gas con el de la electricidad, ampliar la capacidad de las reservas conjuntas de gas, así como realizar compras conjuntas del combustible fósil, siguiendo el ejemplo aplicado con las vacunas.

Ninguna de estas acciones excepcionales fue incluida en el paquete de la Comisión, pese a reconocer que el nivel de almacenamiento del gas a nivel de la Unión está a 77%, por debajo de la media de 90% en la última década. Las reservas cubren 20% del consumo total anual de la UE.

El precio de la electricidad, el gas y la gasolina han aumentado a lo largo del año, pero en las últimas semanas han tenido un crecimiento exponencial.

En algunas gasolinerías de Holanda el litro de combustible ha llegado a superar la barrera de los 2 euros, mientras que los hogares naranja calculan que la factura anual de consumo será 500 euros superior.

La electricidad es hoy ocho veces más cara que hace un año y el gas es tres veces más que en los picos registrados a lo largo de la última década.

Durante su intervención ante los medios, la comisaria estonia descartó que la escalada de precios sea el resultado de las ambiciones climáticas de la Unión y su llamado Pacto Verde, que deberá conducir a la transición de la economía europea a una menos dependiente de los combustibles fósiles.

Sostuvo que el aumento del precio de la electricidad se debe principalmente a la demanda mundial de gas, la cual se disparó por la acelerada recuperación económica luego de los desconfinamientos por la pandemia.

También la producción europea ha bajado, Holanda dejó de extraer gas, mientras que Alemania renunció a la energía nuclear.

En tanto que Rusia, que suministra 40% del gas consumido en la UE, mantiene sus contratos de largo plazo, pero no ha aumentado sus volúmenes acorde a los incrementos de la demanda.

Igualmente ha impactado en la Unión el hecho de que la pandemia retrasó obras de mantenimiento de la infraestructura comunitaria.

Simson señaló que Bruselas aplicará una política de cero tolerancia ante operaciones de manipulación del mercado, al tiempo que insistió en que la única forma de evitar que se repitan estos escenarios en el futuro es consolidando la transición hacia las energías renovables.

La UE tiene el objetivo de que 65% de la electricidad provenga de fuentes renovables de aquí a 2030.

La iniciativa de la Comisión será presentada a los jefes de Estado para su evaluación durante el Consejo Europeo del 21 y 22 de octubre.

Algunos países ya han comenzado a implementar medidas, por ejemplo, España, Francia, Italia y Grecia están aplicando reducciones fiscales temporales para ayudar a los hogares de bajos ingresos a pagar sus facturas.

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