Tras reportarse que el presidente de Estados Unidos y la primera dama, Melania, tienen coronavirus, surge la pregunta de qué pasaría si el mandatario enferma al grado de no poder realizar sus actividades.

La Enmienda 25 de la Constitución detalla los procedimientos bajo los cuales el gobernante puede declararse “incapaz de cumplir con los poderes y deberes” de la presidencia.

Si eso ocurre, Trump transmitiría una nota escrita al presidente pro tempore del Senado, el republicano Chuck Grassley, de Iowa, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California.

En ese sentido, Pence se desempeñaría como presidente en funciones hasta que Trump transmitiera “una declaración escrita en sentido contrario”.

El vicepresidente y la mayoría del gabinete u otro organismo establecido por ley también pueden declarar al presidente incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo, en cuyo caso Pence “asumiría inmediatamente los poderes y deberes del cargo como presidente interino hasta que Trump pudiera proporcionar una declaración escrita de lo contrario”.

Desde que se ratificó la enmienda en 1967, los mandatarios lo han hecho tres veces.

En 1985, el presidente Ronald Reagan se sometió a una colonoscopía y brevemente entregó el poder al vicepresidente George Bush, aunque no citó explícitamente la enmienda al hacerlo.

Oto fue el presidente George W. Bush, quien invocó la enmienda dos veces al ceder temporalmente el poder al vicepresidente Dick Cheney durante las colonoscopías de 2002 y 2007.

¿Y las elecciones? 

Sin embargo,  lo que sucede cuando un candidato presidencial se enferma o se retira es menos conocido. Si Trump no pudiera continuar como candidato republicano, el profesor de derecho de la Universidad de Nueva York, Richard Piles, dijo al The Washing- ton Post en mayo que el comité nacional republicano asumiría el control. También el Comité Nacional tienen reglas que exigen que sus miembros voten por un candidato sustituto.

Si hay un nuevo nominado, explicó Piles, “los partidos ahora tendrían que reemplazar el nombre de su candidato en la boleta de cada estado por el del nuevo aspirante”.

Ahí radica el problema, con el diagnóstico de coronavirus de Trump, que llega menos de un mes antes de que se celebren las elecciones, y con millones de votos emitidos en lo que ya se ha convertido en una disputada carrera hacia la Casa Blanca.

De acuerdo con The Independent, Rick Hasen, profesor de derecho de la Universidad de California, escribió sobre ese resultado: “Lo más probable [es] que la elección se lleve a cabo a tiempo con el nombre del candidato incapacitado en la boleta”.

Por lo general, el  sistema del  colegio electoral  vería que cada estado contara sus votos populares de acuerdo con las leyes estatales y luego designara a sus electores presidenciales. En la mayoría de los estados, el candidato con más votos recibirá a todos los electores del estado,  quienes se comprometen a votar por el ganador  cuando se reúnan en diciembre para emitir sus votos en el Colegio Electoral.

Eso, argumentó Piles a The  Washington Post,  dependía de si la Corte Suprema decidiera “si es constitucional que los estados obliguen a sus electores a votar por el candidato que ganó el voto popular en ese estado” en el caso de que el candidato se haya retirado.

La mayoría de las leyes estatales “no especifican si un elector aún debe votar por un candidato ahora incapacitado y, de no ser así, por quién debe o puede votar en su lugar”, agregó el profesor universitario de Nueva York.

“Cuando se redactaron estas leyes, las legislaturas estatales no estaban pensando en esta posibilidad remota.  Esto es una falla: los estados que obligan a los electores deben modificar estas leyes para especificar lo que un elector puede o debe hacer en esta circunstancia ”, agregó.

Por último, según la Constitución, si el presidente electo moría, el vicepresidente electo prestaría juramento el 20 de enero.

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