Cleveland.— El presidente Donald Trump llega esta noche al primer debate contra el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, a la defensiva.

A los temas de por sí difíciles por el coronavirus y la nominación para cubrir la vacante que dejó Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema, se añadió uno más: el pago de impuestos por parte del mandatario.

Aunque quedan pocos votantes indecisos, a decir de las encuestas (alrededor de 10%), en caso de una reñida contienda en las elecciones del 3 de noviembre, pueden jugar un papel clave. Por eso, el desempeño de los candidatos en los debates es crucial.

Biden llega al escenario en Cleveland con ventaja en las encuestas, aunque en los estados batalla: Arizona, Florida, Michigan, Penn-sylvania, Wisconsin y Carolina del Norte, la situación es cerrada. Trump lo ha acusado de senil, y buscará provocarlo para que pierda sus casillas, por lo que el demócrata deberá mostrar sus capacidades de control y respuesta.

El debate se celebra en condiciones inéditas: en medio de una pandemia que tiene a Estados Unidos doblegado y por la que no habrá público en el evento; después de la muerte de la magistrada Ginsburg —lo que le permitió a Trump nominar a una juez conservadora para reemplazar a una liberal—, y en el marco de protestas que no cesan contra el racismo y la brutalidad policial.

En medio de escándalo va Trump a debate con Biden
En medio de escándalo va Trump a debate con Biden

“Será el primer momento en cuatro años en que alguien subirá a un escenario como igual a Trump y podrá hacer que rinda cuentas por lo que ha hecho mal al frente del país”, dijo Steve Schmidt, principal asesor de campaña en la candidatura presidencial del republicano John McCain en 2008 y un asiduo crítico de Trump. “Si Biden es incapaz de imputar a Trump todo lo que ha hecho, ese sería un profundo fracaso”, consideró.

El escándalo ha sido mayúsculo, tanto que Trump se dedicó ayer a defenderse, diciendo que se trata de fake news y que tiene “muy poca deuda”.

“Los medios de comunicación falsos, como en la época de las elecciones de 2016, están sacando a relucir mis impuestos y todo tipo de tonterías con información obtenida ilegalmente y con malas intenciones. Pagué millones de dólares en impuestos, pero tenía derecho, como todo el mundo, a la depreciación y a los créditos de impuestos”, subrayó. “Si miran los activos extraordinarios de mi propiedad (...) tengo muy poca deuda comparada con el valor de los activos”, agregó.

De acuerdo con el rotativo, el mandatario abonó 750 dólares por el impuesto federal sobre la renta en 2016, el año en que ganó la elección, y la misma cantidad en 2017. En 10 de los 15 años previamente a su ascensión al poder, no tuvo que abonar el impuesto sobre la renta, según el diario, porque alegó que afrontaba pérdidas mayores a los ingresos.

Sobre él pende un batalla con el Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS, por sus siglas en inglés) sobre la legitimidad de una devolución de impuestos por valor de 72.9 millones dólares que él exigió y recibió, tras declarar pérdidas importantes.

El periódico afirma que el presidente afronta deudas por un valor de 421 millones de dólares, cuyos pagos tendrá que asumir en los próximos cuatro años.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que se trata de un asunto de seguridad nacional. “Este presidente parece tener 400 millones de dólares en deuda. ¿Con quién? ¿Diferentes países? ¿Qué influencia tienen? Para mí esta es una cuestión de seguridad nacional”. La demócrata aludió al presidente ruso, Vladimir Putin.

“La pregunta es qué tiene Putin sobre el presidente desde el punto de vista político, personal, financiero”, señaló. Biden tuiteó, contrastando los impuestos que pagó el presidente y los que abonan trabajadores. “Los profesores pagaron 7 mil 239 dólares; los bomberos, 5 mil 283 dólares. Trump pagó 750 dólares”, remarcó.

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