Inseguridad alimentaria

Líos agropecuarios

Para la atención de emergencia a medio millón de centroamericanos en condiciones de precariedad generalizada, la FAO planteó un presupuesto de unos 38 millones de dólares.
Una meta es ofrecer “asistencia oportuna y apoyo” para la “rehabilitación de los medios de vida a largo plazo” y restablecer la capacidad y la infraestructura agrícolas.

Otro objetivo es fortalecer “medios de vida resilientes basados en la agricultura, especialmente los que ya están afectados o en riesgo de verse afectados por las sequías y huracanes”, puntualizó.

La respuesta de la FAO contempla la acción “urgente” para enfrentar las “dolencias multifacéticas que enfrentan actualmente millones de personas” en Guatemala, El Salvador y Honduras y, en especial, las comunidades que habitan en el Corredor Seco de Centroamérica, con sequías prolongadas y escasez de agua que amenazan cada vez más la capacidad de los hogares para alimentarse.

Con unos 10 millones de habitantes, el corredor se extiende del área centro-occidental de Panamá, el centro y el occidente de Costa Rica y el centro-occidente de Nicaragua a El Salvador, el centro y el sur de Guatemala y de Honduras y parte del estado mexicano de Chiapas.

Centroamérica está en una “encrucijada de choques climáticos recurrentes” que se complica por la recesión económica provocada por el Covid-19, con la pobreza “históricamente arraigada, los altos niveles persistentes de desigualdad, la violencia, la migración irregular y el desplazamiento”, expuso la FAO.

Centroamérica, con más de la mitad de sus 50 millones de habitantes hundidos en la miseria, registró un recuento oficial de unos 6.5 millones de personas malnutridas.

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