Bruselas. Con su ausencia en la cumbre entre la Unión Europea y la y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el presidente Andrés López Obrador deja en claro que para su administración Sudamérica y el bloque comunitario no son prioridad.

A esa conclusión llegan estudiosos de las relaciones entre Latinoamérica y la Unión Europea al hablar sobre la decisión del mandatario de no participar en la primera ministerial convocada en Bruselas desde 2015 “por no tener la acostumbre de asistir a cumbres”.

“Siempre es una señal que los jefes de estado concurran a una cumbre para encontrarse con sus homólogos. En el caso de AMLO la señal es que no es algo prioritario en su agenda de relacionamiento con el mundo”, dice a Andrés Rivarola Puntigliano, catedrático del Instituto Nórdico de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo.

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“La prioridad parecería estar en América del Norte, el Caribe y América Central (…) tampoco participó en la última cumbre de la CELAC en Buenos Aires”.

El mexicanista Wil Pansters, profesor de antropología política y social de América Latina, departamento de antropología cultural de la Universidad de Utrecht, afirma que siempre es relevante la participación de un Jefe de Estado en cumbres de este tipo.

Las ausencias, continúa, se justifican por cuestiones extraordinarias. Por ejemplo, el presidente francés Emmanuel Macron suspendió su visita a Alemania en junio por disturbios en su país.

Si bien reconoce que se sabe que el mandatario de México no prefiere asistir personalmente a estos eventos, su ausencia se notará en la medida de que otros líderes relevantes opten por ausentarse por motivos no extraordinarios.

“¿Es AMLO el único de América Latina que no asistirá? No debemos olvidar que la diplomacia mexicana tiene generalmente una buena reputación. Eso sí, entre más excepcional es su ausencia en términos relativos de América Latina y Europa, más marcada puede ser la señal”.

Para Panters, por una cuestión de cortesía diplomática, el mandatario debió devolver la visita realizada por la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a México el pasado 15 de junio.

“Uno podría suponer que la cortesía exigiera esto, pero igual el presidente le explicó respetuosamente a la señora Von der Leyen que él no podría asistir al evento en Bruselas. Lo último no me extrañaría ya que desde 2018 AMLO no ha puesto mucho énfasis en el rol del presidente en el terreno internacional”.

Edmé Domínguez, especialista en relaciones internacionales de la School of Global Studies de la Universidad de Gotemburgo, explica a este diario que las cumbres son simbólicas y la asistencia es muestra de la importancia que le da el país.

“En el caso de México, López Obrador ya se caracteriza por no querer salir al extranjero, pero debió de haberle dado mucho más peso a la asistencia a ciertos lugares, no solamente esta cumbre, sino a otras, porque no solamente es el valor simbólico sino la comunicación con otros jefes de estado”.

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“La asistencia es relevante porque hace mucho que no hay una cumbre AL-UE. El no asistir es minimizar la importancia y eso no ayuda a México”.

La investigadora de la institución sueca señala que AMLO debió aprovechar la cumbre para reunirse con otros mandatarios progresistas y trabajar en una agenda internacional común.

También pudo aprovechar para tratar asuntos de interés nacional al más alto nivel, particularmente ante casos de inversión de empresas europeas en donde se han registrado abusos laborales y de contaminación. Los encuentros con homólogos de los países con grandes inversiones contribuirían a la solución de contenciosos y a la no repetición.

Sostiene que una reunión con el premier sueco Ulf Kristersson hubiera sido muy oportuna para abordar el tema de la planta de la empresa Electrolux en Ciudad Juárez, que despidió a un centenar de trabajadores que protestaron por falta de medidas de protección durante la pandemia en 2020.

“Las relaciones a nivel personal juegan un papel muy importante, lo vimos en el caso de Donald Trump y López Obrador. La relación que establecieron permitió que AMLO obtuviera ciertas cosas que posiblemente no se hubieran dado de no existir esa relación”, asegura Domínguez.

“Está desaprovechando la oportunidad. La situación en México es la precandidatura y todo se ha volcado a eso. Un descuido enorme de la política exterior mexicana”.

La visita a Bruselas igualmente hubiera servido para que AMLO se acercara a las organizaciones no gubernamentales latinoamericanas y europeas, las cuales tienen previsto realizar foros y acciones paralelas a la ministerial.

“El mensaje que envía el Gobierno de México con la ausencia de AMLO es que las relaciones con Europa no son prioritarias, y es claro y simbólico precisamente porque Von der Leyen acaba de estar en México”.

“Es falta de reciprocidad, es falta de prioridad, es falta de atención. Estas cumbres sirven para formar agendas comunes frente a los intereses de la UE, y México es uno de los países más fuertes de América Latina, así que es una señal de que no hay prioridad a este tipo de contactos, de uniones, de frentes, lo cual debilita mucho la reputación de la política exterior”.

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