Nairobi.— Líderes políticos y organizaciones internacionales criticaron que las mujeres y las niñas aún sufran violencia de género, embarazos adolescentes y no se respete su derecho a la salud sexual y reproductiva, a pesar de que hace 25 años, 179 gobiernos se comprometieron a protegerlas y empoderarlas.

Reunidos en Nairobi, en Kenia, representantes de más de 100 naciones lamentaron que una de cada tres mujeres aún es víctima de agresiones sexuales; 800 mueren cada día durante el embarazo o en labor de parto, 4 millones han padecido mutilaciones genitales y 232 millones quieren evitar un embarazo, pero no están usando un método anticonceptivo moderno.

En la inauguración de la Cumbre de Nairobi, que se lleva a cabo entre el 12 y el 14 de noviembre, Natalia Kanem, directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), advirtió que “los derechos reproductivos de las niñas no son negociables” e hizo un llamado a los gobiernos del mundo para cumplir con los compromisos que se pactaron en 1994 durante la primera Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (ICPD), realizada en El Cairo, Egipto. “Desde el ICPD de El Cairo, la mortalidad materna se ha reducido en 44% a nivel mundial y [se salvó la vida de] 4 millones de mujeres [que] habrían muerto en el embarazo y parto. Son buenos progresos, pero no son suficientes, las promesas realizadas deben ser cumplidas”, señaló Natalia Kanem.

Advirtió que “cero” es el único resultado aceptable cuando se trata de defender los derechos de este sector de la población: “Cero muertes maternas, cero necesidades de anticonceptivos sin satisfacer, cero violencia contra mujer y cero matrimonios infantiles”.

La panameña Natalia Kanem también calculó que para cumplir con los compromisos de la ICPD y fortalecer los derechos de las mujeres, se necesita invertir más de 220 millones de dólares estadounidenses antes de 2030. Amina Mohammed, vicesecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también calificó como positivos los progresos que ha habido en la protección de la población femenina; sin embargo, consideró que las mujeres indígenas o las que se encuentran en situación de movilidad han sido olvidadas por los gobiernos.

“La situación no es tan buena, demasiados se han quedado atrás y no han alcanzado sus derechos. Ahora es momento de que logremos un cambio, ha llegado ese momento, podemos consagrar ese cambio”, dijo Amina Mohammed en un auditorio repleto de sociedad civil y con presidentes de países como Uganda, Somalia y Kenia.

Para poder avanzar en la agenda creada en la ICPD, las representantes de las Naciones Unidas se comprometieron a mejorar la capacidad de los adolescentes para defender sus derechos, producir datos para que los gobiernos puedan generar políticas públicas y asistir a los países para que puedan dar servicios e información sobre salud sexual.

Uhuru Kenyatta, presidente de la República de Kenia, también participó en el evento y expresó: “Las mujeres son la espina dorsal de las familias y la piedra angular de las naciones. El empoderamiento de las mujeres sirve para empoderar a nuestras naciones y nuestras familias”. Pidió que el mundo haga un esfuerzo y logre una mayor financiación internacional para erradicar los delitos contra la población femenina, además de que se abra más espacio a las mujeres en la política y sean ellas quienes impulsen las iniciativas que erradiquen la violencia de género.

Acusan desatención a afrodescendientes

Durante el primer día de la Cumbre de Nairobi participó Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien advirtió sobre las vulneraciones que sufren las personas afrodescendientes, incluidas las mujeres y niñas.

Bachelet dijo: “Todos tenemos derechos de tener dignidad ante la ley, pero en algunos lugares los afrodescendientes tienen limitado el acceso a esos derechos”. Señaló que “hay que garantizar que los Estados lleven a la justicia leyes contra la discriminación (...) y hacer campañas para acabar con los estereotipos raciales”.

Además, declaró que los afrodescendientes padecen especialmente de servicios de salud, acceso a terrenos, sistemas de justicia y participación política de las mujeres que forman parte del sector, además de que en este caso se agudizan los problemas de respeto a los derechos de salud sexual y reproductiva.

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