Hace un año, en 2021, se celebraba en América el 30 aniversario del último caso de polio en el continente. Pero apenas el pasado mes de julio, en Nueva York, se reportaba el primer caso de este mal en Estados Unidos desde hace años.

También en julio, Bolivia registró un caso de rubéola después de 16 años. Otra mala noticia es que no son casos aislados: en todo el planeta están regresando enfermedades que hace décadas dejaron de transmitirse. Ahora ya son un foco de alarma. Son las llamadas enfermedades zoonóticas —que se transmiten de animales a seres humanos—, las que han desatado preocupación debido a su alto riesgo de transmisión.

Una de ellas ha sonado bastante en las últimas semanas: la viruela del mono, un mal que además de provocar fiebre, dolor de cabeza intenso y dolores musculares, es reconocible debido a erupciones o lesiones en la piel.

Lee también:

No es la única que preocupa. Además del mencionado polio —que afecta la médula espinal, causando debilidad y parálisis— está el virus del ébola —tan grave que puede causar hasta la muerte— y el cólera, que además de causar una grave diarrea acuosa, puede ser letal en cuestión de horas si no se trata a tiempo.

Gran parte de las enfermedades zoonóticas provienen tanto del continente africano como el asiático debido a su constante urbanización, así como la erradicación de zonas forestales, lo que obliga a animales salvajes a vivir en ciudades y pueblos cercanos a los habitantes.

La agricultura de subsistencia, los mercados de animales vivos y la falta de higiene en esos espacios públicos originan nuevos tipos de enfermedades que se traspasan a los seres humanos.

Exposición demográfica y urbanización

Según el portal The Conversation, la exposición demográfica y la constante urbanización en África y Asia es una de las razones por las que en estos continentes se generan las más importantes enfermedades infecciosas humanas.

Debido a la migración a escala, las tierras forestales se destruyen para crear áreas residenciales, lo que ocasiona que los animales salvajes se vean obligados a moverse cada vez más cerca de las ciudades o pueblos.

Estos animales a menudo albergan diferentes virus, y al estar tan cerca de la población pueden propagar la enfermedad en animales domésticos y la población humana. Eventualmente la sobrepoblación extrema también se está convirtiendo en un círculo vicioso que va creando la deforestación y pérdida del hábitat que finalmente mata a los depredadores, incluidos aquellos que se alimentan de roedores.

“Los impactos de este pulso de defaunación selectiva por tamaño incluyen cambios en cascada en animales más pequeños, en particular roedores, y la alteración de muchos procesos y servicios de los ecosistemas, lo que podría implicar cambios en la prevalencia y transmisión de enfermedades zoonóticas”, explicó el portal de la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos.

Otro de los factores que afecta la propagación de este tipo de enfermedades, es el sistema agrícola que se maneja, porque depende de la agricultura de subsistencia.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Propiedad intelectual (OMPI), la agricultura de África se basa en gran medida en minifundios y a que la mayoría de los agricultores todavía utilizan prácticas poco eficientes que requieren grandes esfuerzos, pero dan poco a cambio.

Lee también:

Mientras que el alojamiento de animales es extremadamente limitado; a menudo están en estrecho contacto, lo que facilita que entre el ganado vacuno se puedan transmitir enfermedades endémicas. “Las enfermedades infecciosas del ganado son una gran amenaza para la salud y el bienestar animal a nivel mundial, y su control eficaz es crucial para la salud agronómica”, aseguró un artículo de The Royal Society.

No sólo en las granjas se presenta este problema, sino que también en los mercados de animales vivos, porque presentan condiciones en lo que hay una mezcla íntima de múltiples especies jugando un papel clave para propagarse entre ellos.

Los virus —miles de ellos— siguen evolucionando y es sólo cuestión de tiempo antes de que ocurra otro brote importante en esta región del mundo, tal como lo fue el SARS-Cov-2, mejor conocido como el Covid-19, mismo que originó mutaciones que en varias partes del mundo causaron millones de muertes.

África, en peligro de convertirse en foco de enfermedades

De acuerdo con un análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe en África un creciente número de brotes de enfermedades zoonóticas de 63% en la última década, con respecto a los 10 años anteriores.

El estudio señala que entre 2001 y 2022 hubo cerca de mil 843 eventos de salud pública registrados en la región africana, entre ellos, 30% se debieron a brotes de enfermedades zoonóticas.

Autoridades sanitarias del continente detectaron un aumento en el número de casos de viruela del mono desde 2017, excepto en 2021, cuando se produjo una caída repentina.

El ébola —y otras fiebres hemorrágicas virales— constituyen casi 70% de estos brotes, con el dengue, el ántrax, la peste, la viruela del mono y una serie de otras enfermedades que componen 30% restante.

¿Pero a qué se debe este aumento? Según la OMS, este fenómeno se deriva de que África tiene la población de más rápido crecimiento del mundo, lo que está provocando una creciente urbanización y la invasión de los hábitats de la vida silvestre.

“Las infecciones que se originan en animales y luego saltan a los humanos han estado ocurriendo durante siglos, pero el riesgo de infecciones masivas y muertes ha sido relativamente limitado en África. La mala infraestructura de transporte actuó como una barrera natural”, dijo Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África.

Además, “con la mejora del transporte en África, ahora existen más posibilidades de que los patógenos zoonóticos viajen a los grandes centros urbanos”, añadió. Para la doctora, es imprescindible que se actúe de inmediato “para contener las enfermedades zoonóticas antes de que puedan causar infecciones generalizadas, y evitar que África se convierta en un foco de enfermedades infecciosas emergentes”.

La OMS recomendó una respuesta conjunta y multidisciplinar, con expertos en salud humana, animal y ambiental; así como más investigaciones para identificar los factores ambientales, socioeconómicos y culturales que impulsan la aparición y transmisión de enfermedades que pueden convertirse en epidemias.

“Las enfermedades zoonóticas son causadas por eventos indirectos de animales a humanos. Sólo cuando derribemos los muros entre las disciplinas podremos abordar todos los aspectos de la respuesta”, advirtió.

Lee también:

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, Qatar 2022 y muchas opciones más.

vare