San José.— Enero de 2021 abrió una caja de nuevos embrollos en .

Una madre de La Habana dejó de enviar a una de sus hijas a estudiar porque se encarecieron las meriendas. Un comedor obrero del oriente de la isla quedó vacío, porque los trabajadores se negaron a pagar el aumento del valor de su almuerzo.

El peso cubano sufrió un rápido deterioro frente al dólar en el mercado paralelo, en una crisis que mostró un creciente y cada vez menos silencioso enfado popular. El Partido Comunista de Cuba (PCC) lanzó el 1 de enero días un severo ajuste económico con uno de los más fuertes apretones de faja en 62 años de revolución, con alzas en alimentos, artículos básicos, agua, electricidad, gas, telefonía y demás servicios.

En las primeras tres semanas, las congojas socioeconómicas y el malestar se cruzaron y ahora cunden y se propagan en un país sometido al intenso acoso de Estados Unidos.

“Con estos precios que ha impuesto el propio gobierno no hay quien pueda”, lamentó la cubana Arahi Hutchion, vecina de La Habana, al anunciar el 4 de enero en Facebook que, por las dificultades que vive por la iniciativa gubernamental, sus hijas de nueve y 16 años dejarán de asistir a sus centros educativos.

“Llevé a mi hija menor a la escuela (…) me detuve a comprar la merienda para mi niña y para mi asombro” subió de 10 pesos (o unos 41 centavos de dólar) a 22 pesos (o unos 92 centavos de dólares), narró. “Comprando lo mismo, dos panes con mayonesa y un refresco, esto fue algo que me impactó y me causó asombro”, admitió la madre.

“Es una pena que mis hijas (…) no vayan a clases”, explicó Hutchion, al describir que, sin empleo, está imposibilitada de “suplir las necesidades básicas”, como el transporte de la mayor, para que se reincorporen al estudio porque ignora “de dónde voy a sacar” el dinero.

“Me las he tenido que arreglar” para que acudan a los cursos, narró la cubana a EL UNIVERSAL en una conversación por la mensajería privada de Facebook. “El pueblo se siente molesto. Somos los que sufrimos esta alza de precios”, agregó.

La mujer reflejó el drama de la oleada de penurias que comenzó a golpear a los 11.3 millones de cubanos en el primer día de 2021, con un menú sin precedentes con el que el régimen puso fin a unas seis décadas de subsidio estatal a vastos sectores internos.

Con las sombras de inflación y devaluación, el plan complicó los problemas de subsistencia cotidiana que acompañan a los cubanos desde hace más de 30 años.

Prefieren no desayunar

La televisora oficialista CNC, de la oriental provincia (estado) de Granma, reportó que el pasado 8 de enero los obreros de una empresa estatal de esa zona se opusieron a pagar un incremento del almuerzo “sin calidad” en su centro laboral de 19 pesos, unos 79 centavos de dólar, a 27.50 pesos, un dólar y 13 centavos.

“Ninguno de los trabajadores decidió almorzar”, informó la CNC.

“El bloqueo económico, comercial y financiero” de Estados Unidos es el “principal obstáculo a nuestro desarrollo económico”, tuiteó el ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, al justificar los trastornos y atribuirlos a las sanciones que Washington impuso en 1962 a Cuba.

Como presidente de EU, Donald Trump llevó al embargo “a niveles absurdos con objetivo de asfixiar a nuestro pueblo”, pero “estamos vivos”, proclamó

Impacto

Con las medidas del 1 de enero, el tipo de cambio llegó en el mercado paralelo a unos 60 pesos por dólar, con el oficial en 24 pesos. Cuba decidió en 2020 empezar a terminar, a partir del 1 de este mes, con la dualidad monetaria que existió desde 1994 con el peso cubano y el peso convertible y distinta cotización con el dólar.

El paquete de enero incluyó aumento del salario mínimo—de 400 pesos o unos 16 dólares de 2019 a 2 mil 100 o unos 87 dólares en 2021—y de precios de alimentos y bienes esenciales y de tarifas de servicios. El cambio entró en un contexto de permanente desabasto alimentario y de artículos prioritarios que recrudeció en 2018 y 2019 y alentó la dolarización en 2020. La revolución precisó que el PIB cerró el año anterior con un decrecimiento de 11% y tendría una recuperación de 6% a 7% en 2021.

“Esto es una olla de presión. En enero se comprobó (…) la ineptitud del gobierno cubano”, aseveró a este periódico la cubana María Matienzo, disidente y víctima de la represión política como periodista de Cubanet, medio digital de Florida.

“Las carencias persisten en los comercios del Estado en pesos. Nunca previeron que las personas expresaran abiertamente su incomodidad ante la injusticia. Han sido 15 días de total desabastecimiento. Se sabía que el inicio de año sería de hambre: es lo que está pasando”, contó.

Al panorama se añadió una multiplicación de contagios de coronavirus. Datos oficiales mostraron que Cuba pasó de un acumulado para el 18 de diciembre de 9 mil 771 enfermos y 137 fallecidos a 21 mil 828 pacientes y 197 muertos ayer.

Empeñado en aparecer como único salvador ante la tempestad, el PCC prometió: “Este momento complejo de la epidemia también lo vamos a superar”.