San José.— Insertada en un vecindario interamericano que se debate entre girar a la izquierda , virar a la derecha o ir hacia el centro, acude hoy a su vigesimoprimera elección presidencial desde 1949, pero atrapada en una profunda incertidumbre política: más de un millón y medio de costarricenses, que equivale a 43% del total de electores, están indecisos y, en un escenario de sorpresas, definirán el rumbo del timón para los próximos cuatro años.

Con un padrón total de 3 millones 541 mil 908 costarricenses, que podrán elegir un presidente, dos vicepresidentes y 57 diputados, 25 candidatos presidenciales competirán en una contienda que se transformó en inusual por el tamaño de su papeleta para escoger a la persona que, a partir del próximo 8 de mayo, gobernará por cuatro años.

En una jornada que se realizará de las 06:00 a las 18:00 horas locales (mismo tiempo del centro de México), las más variadas encuestas anticiparon —sin descartar que haya resultados sorpresivos— que ninguno de los 25 obtendrá hoy al menos 40% de los votos, por lo que será necesario acudir el 3 de abril próximo a una segunda ronda electoral entre los dos más votados y definir la lucha por mayoría simple. Los 57 legisladores sí serán escogidos hoy y asumirán el 1 de mayo venidero.

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Bajo la observación de delegados internacionales de América y Europa, el proceso se efectuará en 6 mil 767 juntas receptoras de votos en un país que exhibe una tradición electoral pacífica o sin violencia ni incidentes graves desde que la actual Constitución Política entró a regir en 1949, tras una guerra civil en 1948 que llevó a la abolición del ejército de Costa Rica.

Con la fuerza política que representan los indecisos y ante el dilema de que el coronavirus aleje a los costarricenses de las urnas, el abstencionismo sobrevuela y amenaza el escenario de indecisión con las advertencias de que podría superar 34.3% de 2018.

En un menú político que abarca desde aspirantes de la izquierda extrema hasta de la derecha ortodoxa, José María Figueres Olsen , candidato del opositor Partido Liberación Nacional (PLN) y presidente de 1994 a 1998, fue señalado por las encuestas como favorito de ganar en los comicios de hoy, pero sin lograr el porcentaje mínimo requerido para evitar una segunda fase.

Tampoco se desecha la posibilidad de que los indecisos otorguen mayoritariamente sus votos a Figueres para que triunfe en la primera etapa. Figueres es un político que, por un lado, atrapa simpatías incondicionales, y, por el otro, genera odios viscerales, con una tradición ideológica de centro y con destellos socialdemócratas que saltan de la izquierda a la derecha y viceversa.

Favoritos
El candidato del Partido Liberación Nacional y la aspirante del Partido Unidad Social Cristiana aparecen al frente: ​​​​​​​

Amplia baraja e indecisos, claves en elecciones de Costa Rica
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JOSÉ MARÍA FIGUERES OLSEN 
El expresidente busca avanzar hacia una economía creciente y verde: ha planteado su compromiso de eliminar el uso del petróleo como fuente de energía y avanzar hacia el hidrógeno verde.

Espera bajar a menos de 7% el desempleo y alcanzar un crecimiento económico superior a 5% de forma sostenida.

En materia internacional sus ejes: defensa y promoción del sistema democrático de vida en libertad, la paz y el desarme, el liderazgo por la lucha por la preservación del medioambiente, la conservación de la naturaleza y los mares, y un servicio diplomático que trabaje de forma articulada con el Ministerio de Comercio Exterior y de Turismo. 

Separados por una estrecha distancia porcentual, que es casi el margen de error de las encuestas, a Figueres le persigue, en un aparente segundo sitio, Lineth Saborío , vicepresidenta de 2002 a 2006 y del opositor Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

El PLN y el PUSC tienen una peculiaridad: con algunas tonalidades de la izquierda a la derecha, y esencialmente de centro, los grupos a su alrededor gobernaron de 1948 a 2014 al constituirse en las fuerzas bipartidistas que se repartieron los poderes, ya sea de forma alterna o consecutiva, hasta que en 2014 irrumpió el Partido Acción Ciudadana (PAC), que se presentó como opción de centro-izquierda. El PAC triunfó en segunda vuelta en 2014 con Luis Guillermo Solís para gobernar por primera vez de 2014 a 2018 y volvió a triunfar en segunda con Carlos Alvarado y ejercer el mando del Poder Ejecutivo de 2018 a 2022. Manchado por denuncias de corrupción que tocaran a las puertas presidenciales y en una controversial gestión económica y política, el PAC aparentemente estaría con escasas opciones en los actuales comicios con Welmer Ramos.

De acuerdo con las encuestas, Figueres y Saborío son seguidos, en su orden, por los candidatos de partidos opositores: Fabricio Alvarado , del derechista Partido Nueva República (PNR); José María Villalta , del izquierdista Frente Amplio (FA); Rodrigo Chaves , del centrista Partido Progreso Social Democrático (PPSD), y Eliécer Feinzaig , del centro-derechista Partido Liberal Progresista (PLP).

El vecindario

Los comicios en 2021 en Perú, Honduras y Chile condujeron a la victoria a partidos de izquierda con el peruano Pedro Castillo , la hondureña Xiomara Castro y el chileno Gabriel Boric . Las elecciones de 2022 en Colombia en mayo y junio y en Brasil, con dos rondas en octubre, podrían significar un giro a la izquierda con el colombiano Gustavo Petro , para suceder al derechista Iván Duque , y el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva , gobernante de 2003 a 2010, como sucesor del ultraderechista Jair Bolsonaro .

Por eso y otros factores, los costarricenses repudiaron la “ farsa electoral ” que en noviembre de 2017 permitió la reelección del nicaragüense Daniel Ortega en la presidencia de la vecina Nicaragua.

Como receptor de decenas de miles de nicaragüenses que desde 2018 huyeron de la represión política de Ortega, Costa Rica ratificó su apego a los principios de democracia, libertad, pluralismo y multipartidismo y hasta Villalta, de la denominada izquierda democrática, fustigó las violaciones a los derechos humanos en el trío socialista del área: Cuba, Venezuela y Nicaragua.

“Como democracia (…) en su ritual [de] tener partidos políticos, debates, libre competencia, no se ve amenazada. Ya es ganancia comparada a países como Nicaragua. Costa Rica empieza a experimentar importantes síntomas de amenaza en su democracia económica”, alertó el politólogo costarricense Daniel Calvo, consultor empresarial de asuntos parlamentarios.

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Al relatar que “es muy distinta la Costa Rica” de las zonas metropolitanas con la de las periferias, Calvo aseguró a EL UNIVERSAL que “ahí hay nichos particulares para algunos partidos políticos”.

Tras destacar que “la desigualdad se encuentra en uno de los puntos récord en los últimos años”, recalcó que “hay síntomas importantes a prestarle atención para lo que ha sido la democracia más longeva y más saludable en la región en los últimos decenios”.

Luego de los hechos bélicos de 1948, Costa Rica comenzó a avanzar y a diferenciarse del resto de los 18 países de América Latina y el Caribe que fueron colonias de España o Portugal. Al enfrentar la cita de hoy con el sufragio, Costa Rica completa casi 74 años como la única de esas naciones que, a partir de 1949, jamás vivió en dictadura militar, sufrió golpes de Estado, padeció guerras civiles o transitó por regímenes de partido único.

Por eso, la década de 1940 fue clave porque en sus inicios se produjo una profunda reforma social y, al cierre, se abolió el ejército.

Ya sin cuarteles ni gasto militar, con una policía civil y apegada al derecho internacional para el respeto de su soberanía, Costa Rica pudo aumentar sus presupuestos en educación y salud y, pese a los múltiples conflictos socioeconómicos, reafirmó su vocación de paz.

Pero también avanzó otro riesgo: el deterioro social .

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LINETH SABORÍO

La exvicepresidenta ha prometido paridad de género en un eventual gabinete suyo, reducir la brecha salarial y acciones para el empleo de las mujeres; ha expresado su rechazo a la posibilidad de legalizar el aborto en casos de violación.

 Promete un crecimiento de la economía de 5% anual y un “equilibrio fiscal” que “no debe centrarse en aumentar impuestos y aprobar empréstitos, sino en contener el crecimiento de los gastos, especialmente de la planilla del Estado”.

Otras propuestas son contratar 2 mil policías nuevos, modernizar la institución, medidas para el combate a la corrupción y un papel más activo de la política exterior costarricense en diversas áreas. 

La pobreza tampoco cede, se agudiza con la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y asola a 23% de los 5 millones de habitantes de Costa Rica, mientras en otros rubros, como la distribución de ingresos entre núcleos ricos y pobres, persiste la desigualdad , con un acuciante desempleo sin distinción de sexos.

Informes de organismos financieros internacionales plantearon desde al menos 2018 que Costa Rica está entre los 10 países más desiguales del mundo, en una lista en la que, por América Latina y el Caribe, también están México, Colombia, Brasil, Honduras, Panamá, Chile y Haití.

“Hay un desgaste propio y recesión democrática. Cuando la propia democracia no genera respuestas a las principales demandas de la sociedad, la gente empieza a dudar del sistema y eso es caldo de cultivo para que surjan líderes antisistema que niegan de la partidocracia y generan una importante herida a la democracia con candidatos autoritarios”, puntualizó Calvo.

Narcotráfico

Pese a que la campaña política fue acaparada por la miseria, las dificultades del costo de la vida, el desempleo, la crisis socioeconómica con sus tormentas en el gasto público y el recorte del déficit fiscal, un elemento sensible en Costa Rica es la incesante penetración del narcotráfico internacional en los partidos políticos, las empresas privadas, el sistema financiero y en los aparatos de seguridad pública.

Con una clave posición geográfica entre los centros de producción de cocaína en Colombia y los grandes mercados de consumo en Estados Unidos, Costa Rica sufre el acoso de los cárteles mexicanos del narcotráfico internacional, que utilizan corredores aéreos, terrestres y marítimos de Centroamérica como pasadizos del contrabando de drogas.

“Por alguna razón nos convertimos en el sitio preferido de las grandes estructuras criminales narcotraficantes”, advirtió el abogado costarricense Álvaro Ramos , analista de seguridad y vinculado a la campaña de Figueres, tras alertar: “La peor de todas las dictaduras es la dictadura criminal”.

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