Ante el posible cierre de la frontera con Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ayer que es un tema frente al cual actuará con “prudencia”, por lo que evitó una vez más hacer pronunciamiento alguno.

“Entraríamos en una dinámica [de intercambio de posiciones] y yo prefiero el amor y paz. No quiero adelantar vísperas. Decirles que estamos ayudando, no vamos a confrontarnos con el gobierno de Estados Unidos”.

Señaló que lo que México hace es ayudar en todo lo que es el flujo migratorio por el país, pero que la migración no es un asunto sólo de México, pues los migrantes provienen de Centroamérica y de otros países. “La gente emigra por necesidad y por violencia. Hay que atender las causas. Nosotros estamos promoviendo el que haya cooperación para el desarrollo y que los mexicanos puedan trabajar en sus comunidades de origen, y lo mismo nuestros hermanos centroamericanos. Ese es nuestro plan”.

Según López Obrador, la cifra de mexicanos deportados de Estados Unidos por la frontera norte es de 10 a 15%. Externó su confianza en que al final de su administración o en el transcurso de ésta llegue a cero.

El Jefe del Ejecutivo federal se reunió además en privado con legisladores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, ante quienes sostuvo que la “relación bilateral es fundamental”. El presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Congreso de EU, el demócrata Eliot Engel, dijo que no ve “correcto” que el presidente Donald Trump cierre la frontera como ha amenazado, por lo que seguramente “habrá algo de oposición” en su país.

Agregó que lo ideal sería que entre EU y México se pueda “jugar a la política, pensar juntos y hacer lo que es mejor para la relación”.

El congresista estadounidense comentó que en lugar de construir muros, se deben tender puentes y se mostró contrario a cortar los fondos para los gobiernos centroamericanos, ya que con ese dinero se combatan las “terribles” bandas delincuenciales.

La embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, dijo que en la reunión se abordaron de manera abierta las líneas de acción que el gobierno mexicano pondrá en marcha en la zona fronteriza del sur-sureste del país, con la intención de atender el problema migratorio sin dañar las relaciones con el país vecino.

“El presidente de México dio un amplio panorama de la política económica y también dijo que el gobierno mexicano mantendrá una relación de prudencia con Estados Unidos, que eso no quiere decir que haya diferencias en varios puntos de vista”, dijo la embajadora. A la reunión asistieron también el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade Kuri, así como el director general para América del Norte, Mario Chacón Carrillo.

Bárcena dijo que también se habló de que México no permitirá que se violenten los derechos de ningún opositor en Venezuela, sin mencionar el nombre de Juan Guaidó, y que López Obrador reafirmó su posición de no intervención, y de que las diferencias se solucionen por la vía del diálogo.

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