San José.— Sin el demoledor poder mortal del Covid-19 y con restricciones en el acceso a vacunas, la viruela símica se propagó en 2022 por 24 de los 35 países de América y amagó con agravar el deterioro sanitario heredado por más de 30 meses de fatiga en los sistemas públicos latinoamericanos y caribeños de salud por el ataque al coronavirus.

La médica dominiquesa Cari-ssa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), alertó el 5 de este mes que “la vacunación posterior o previa a la exposición” al virus sería un complemento para atacar la nueva crisis, pero que los suministros de biológicos son “extremadamente limitados”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que en julio de este año declaró a la viruela símica como emergencia sanitaria, informó en ese mismo mes que las dosis para esa afección tardan varias semanas en generar una respuesta inmunológica en los seres humanos y descartó por ahora una vacunación masiva.

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Las tres sustancias recomendadas por ambas instancias que pertenecen a la estructura de la Organización de Naciones Unidas (ONU) son MVA-BN, de Dinamarca; LC16, de Japón, y ACAM2000, de Estados Unidos, y fueron desarrolladas contra la viruela convencional, erradicada mundialmente en 1980.

En una cita continental esta semana en Argentina sobre “las lecciones” del coronavirus, Etienne catalogó como esencial “asegurar las cadenas de suministro de vacunas, medicamentos, reactivos de laboratorios, equipos de protección personal y otros bienes estratégicos de salud pública” para enfrentar “eventos con potencial epidémico y pandémico”.

El epidemiólogo costarricense Rónald Evans, de la Unidad de Investigación de la Escuela de Medicina de la (no estatal) Universidad Hispanoamericana, de Costa Rica, aclaró que la viruela símica “es una amenaza y hay que estar alertas, pero sin causar alarma extrema.

“Afortunadamente el contagio es lento. Su transmisión es persona a persona y no es respiratoria, que podría catapultar una pandemia. Podemos hallar algunas variantes que pudieran surgir de este virus y hacerlo más contagioso, como el Covid-19. La conducta nuestra tiene que ser expectante”, explicó.

Origen

La viruela del mono, detectada en abril de este año en África y Europa, se reafirmó como amenaza para los frágiles aparatos públicos de salud en América Latina y el Caribe, cansados o agotados por el combate al coronavirus y urgidos de destinar ahora más recursos financieros para adquirir las vacunas.

Descubierto en monos en 1958 en un laboratorio de Dinamarca y en humanos en 1970, fue denominado “ortopoxvirosis simia” por la OMS.

Con una letalidad que en 2022 ya osciló de 3% a 6% de los pacientes, el virus que comenzó a atacar este año es menos peligroso que la viruela convencional, según la OMS. El primer brote fuera de África ocurrió en 2003 en Estados Unidos.

La OPS describió que la viruela símica es una enfermedad zoonótica que se transmite de animales a humanos o de humanos a animales. Sin ser vía única de contagio, los enfermos son en su mayoría hombres en relaciones sexuales con hombres.

Los síntomas duran de dos a cuatro semanas e incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor muscular y erupción con ampollas y costras en cara, palmas de las manos y plantas de los pies. Boca, genitales y ojos también pueden ser afectados.

La OMS, que puntualizó que puede causar “cuadros graves”, “complicaciones médicas” y pidió el pasado miércoles a los contagiados evitar exponer a los animales, confirmó una primera transmisión de humano a perro. También fue hallada en roedores.

“La situación más peligrosa es cuando un virus salta a un pequeño mamífero con una alta densidad de población”, indicó el médico irlandés Michael Ryan, director de emergencias de la OMS. Al descartar que las mascotas sean un riesgo, aclaró que “el virus no mutará más rápido si está en un solo perro que si está en un solo humano”.

Basada en un corte a la trigésimo segunda semana de 2022 que transcurrió del 8 al 14 de agosto, la OMS informó el pasado miércoles que el número mundial en 92 países llegó a 12 muertes, aumentó en 7 mil 477 nuevos casos a 37 mil 736 y subió 20.3% en comparación con la fase del 1 al 7 de este mes.

El mayor porcentaje de nuevos contagios en las últimas cuatro semanas fue reportado en América (56.6%) y Europa (42.2%), precisó.

Los 10 países más afectados son: Estados Unidos, España, Alemania, Reino Unido, Brasil, Francia, Canadá, Países Bajos, Perú y Portugal. Para los cuatro americanos, los conteos arrojaron 11 mil 915, en Estados Unidos; 2 mil 985, en Brasil; mil 59, en Canadá, y 834, en Perú, puntualizó. Al comparar el panorama en 24 países y territorios de América del 5 al 12 de este mes, la OPS notificó un aumento “de 56%”: de 10 mil infecciones al 5, para 36% de los pacientes en todo el mundo, se pasó el 11 a 14 mil 925, para 34% del total, con el 97% en el hemisferio occidental concentrado en Estados Unidos, Brasil, Canadá y Perú.

El conteo oficial del 21 de julio pasado fue de 839 en 16 naciones americanas.

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Gasto y fatiga

La viruela símica sorprendió a las estructuras sanitarias de América Latina y el Caribe, desgastadas por efecto del coronavirus y cuyo primer paciente en esta región se registró el 25 de febrero de 2020 en Brasil. De manera coincidente, Brasil se consolidó como una de las naciones más golpeadas por la viruela del mono.

Colombia reforzó sus cercos sanitarios fronterizos para prevenir la propagación. Centroamérica evidenció cifras que todavía ni siquiera llegan a la media centena. El primer enfermo en Ecuador fue un niño de nueve años.

“Es cierto que los organismos sanitarios están bastante agotados y cansados. Hay fatiga después de más de dos años de atacar al Covid-19. Esto también representa un gasto enorme para los servicios de salud de los países en desarrollo”, aseveró.

Por eso, aconsejó: “La señal es estar alerta… porque puede suceder cualquier cosa”.

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