San José. – “ Enchilada completa ” fue una famosa frase diplomática que nació en la Ciudad de México, recorrió de Tlatelolco a Los Pinos y saltó en Washington a Foggy Bottom y a la Casa Blanca. En la realidad del juego fuerte en la de 2001 y 2002, las dos palabras se convirtieron en una máxima que ató la crisis de la masiva migración irregular de mexicanos a territorio estadounidense al conflicto mundial por los del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.

En la capital mexicana, el modismo viajó en el gobierno de México de Tlatelolco, sede de la cancillería, a Los Pinos, albergue de la Presidencia, y brincó a Washington para transitar en el de Estados Unidos de Foggy Bottom, base del Departamento de Estado, a la Casa Blanca, punto clave del poder presidencial estadounidense.

“Enchilada completa” aludió al intento para que millones de mexicanos dejaran de ser en suelo estadounidense y regularizaran su situación y generó un confuso condimento en el sartén de coincidencias y divergencias entre México y EU por sensibles asuntos de política exterior.

La “enchilada completa” ardió en el rechazo de México a la solicitud que EU planteó en 2001 y 2002 de apoyar la invasión que, al frente de una coalición internacional , Washington y Londres lanzaron el 20 de marzo de 2003 contra Irak.

Las relaciones Los Pinos-Casa Blanca sufrieron un severo retroceso. El entonces presidente de EU, George W. Bush , redujo la frecuencia o intensidad de sus conversaciones, presenciales o telefónicas, con el gobernante de turno en México, Vicente Fox .

Una consecuencia fue que fracasó el plan migratorio de Jorge Castañeda , autor del famoso término como canciller de México en esa época, y en un pleito que tuvo un escenario en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas ( ONU ). Castañeda salió de Tlatelolco en enero de 2003.

Lucha en Nueva York

Como integrante en 2002 y 2003 del Consejo, México se alió a Chile, otro miembro de ese grupo, para frenar las pretensiones de EU, Reino Unido y España de recopilar apoyo mundial para la invasión militar contra Irak.

“El entonces embajador de México en la ONU, Adolfo Aguilar Zínser , tuvo una posición muy heroica y de principios”, recordó el diplomático costarricense Bruno Stagno , embajador de Costa Rica en la ONU de 2002 a 2006, canciller de este país de 2006 a 2010 y director ejecutivo adjunto de Human Rights Watch , organización (no estatal) de Washington de defensa global de derechos humanos. (Aguilar Zínser murió en 2005).

Aguilar Zínser “fue sumamente claro en conocer la información que tenían el sueco Hans Blix , jefe de inspectores de la ONU que verificaban si había o no programas de armas de destrucción masiva en Irak, y el egipcio Mohamed el-Baradei, como director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica”, dijo Stagno a

“Fueron sumamente intensas las presiones de EU, con llamadas directas desde Washington a las capitales para tratar, de alguna u otra manera, desestabilizar a los embajadores en la ONU en Nueva York. Había presiones muy fuertes para que, eventualmente, (México) retirara a Aguilar Zínser y (Chile) a Juan Gabriel Valdés , su embajador en la ONU”, relató.

“Aguilar y Valdés eran blancos de la administración del presidente de EU, George W. Bush” , aseguróanoche desde París en una entrevista vía WhatsApp.

En una resolución del 8 de noviembre de 2002, el Consejo excluyó autorizar el uso de la fuerza militar en Irak , que fue lo que intentaron EU, Reino Unido y España, y ordenó a Bagdad someterse primero a inspecciones internacionales verificar si poseía o no armas de destrucción masiva.

Aunque el Consejo advirtió al régimen irakí que, de violar sus compromisos internacionales , quedaría expuesto a “graves consecuencias”, el uso de la fuerza contra Irak debía también ser aprobado por otra resolución de esa instancia de la ONU y que nunca fue emitida.

Fuera de la ONU, EU, Reino Unido y España crearon una coalición internacional con países de América, Europa y Asia para invadir Irak bajo el alegato de que el régimen de Sadam Husein (ejecutado en 2006) tenía armas de destrucción masiva y nexos con la organización terrorista de Al-Qaeda , que lanzó los atentados de hace 20 años.

Sensibles pugnas

En un panorama de tensiones diplomáticas, Aguilar Zínser se unió a Valdés en una incesante labor en torno al anunciado o previsible ataque a Irak. De acuerdo con Stagno, la idea fue reunir a un número suficiente de países del Consejo opuestos, no alineados y que pudieran plantear objeciones a un proyecto de resolución impulsado por EU, Reino Unido y España, que hubiera permitido invadir Irak.

Washington, Londres y Madrid debieron retirar la resolución.

“Chile y México jugaron un rol muy importante, y Aguilar Zínser en particular, como articuladores de esa minoría que eventualmente frustró ese esfuerzo. Me reuní con él y con Valdés. Los dos estaban sumamente preocupados por los vientos de guerra”, rememoró Stagno.

“El embajador mexicano se reunía constantemente con diferentes miembros del Consejo, de la Secretaría General de la ONU. Tuvo una posición de principios y creo que, con mucha honra trató evidentemente de hacer lo que podía para postergar la posible invasión a Irak bajo lo que terminó siendo falsos argumentos”, narró.

Transcurridos los episodios en la ONU, ni se logró el objetivo de impulsar la paz e impedir la intervención bélica en Irak… ni la meta migratoria de la “enchilada completa”.

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