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Texto: Carlos Villasana y Ruth Gómez
La nostalgia juega un papel muy importante al coleccionar objetos , ya sea por los recuerdos particulares de quien los colecciona -por la época, familia o profesión- o por el valor estético y comercial que los objetos pueden llegar a tener.
En la actualidad, de los objetos más buscados son los relacionados a los Juegos Olímpicos de 1968 , cuya comunicación visual se ha consolidado como una de las mejores de todas las justas olímpicas . La creatividad del Comité Organizador de la XIX Olimpiada se vio reflejada en las instalaciones deportivas, en el transporte y arte público, en la vestimenta de los trabajadores y voluntarios, así como en la ornamentación de casas y calles.
Platicamos con Juan Ramírez, un especialista en comunicación visual, que se dedica a comercializar objetos de diversas épocas, quien narró para este diario la fascinación que coleccionistas tienen por los objetos que nacieron a raíz de las competencias.
“Creo que lo que ha facilitado que existan objetos en condiciones impecables de esa época hasta hoy se relaciona directamente con el encontronazo de emociones que vivió la ciudad : por una parte el miedo, el enojo y por otra parte la euforia , la fiesta . Esto lo digo porque, por ejemplo, existen las mismas probabilidades de encontrar un boleto de cualquiera de los eventos deportivos utilizado y no utilizados, para mí esto indica que el boletaje se vendió con anticipación y, después de lo ocurrido en Tlatelolco , mucha gente que ya tenía su boleto decidió no asistir al evento. Los boletos son uno de los objetos más relativamente sencillos de conseguir, cuando los busco podría llegar a adquirir 10 ó 15 a la semana, pero cuando me va muy bien puedo encontrar más de 40 en un sólo día”, nos dijo el entrevistado.
Imagen de una Exposición en el Museo de Ciudad de México de un boleto de 1968. Foto: Ruth Gómez.
Imagen de una Exposición en el Museo de Ciudad de México. Foto: Ruth Gómez.
Recuerda un caso muy particular donde uno de sus clientes le compró un lote de un souvenir de las Olimpiadas ; esta acción por parte del coleccionista lo posicionó como el único con ese souvenir y también, le abrió la oportunidad de ser él mismo quien decida a quién sí se lo vende y a quién no; sin embargo, Juan nos explica que este tipo de acciones sólo las hacen coleccionistas muy experimentados , ya que tienen la capacidad de ver a sus objetos como una inversión a futuro.
Nos menciona que con el paso del tiempo y, aunado a los múltiples festejos sobre los cincuenta años de las Olimpiadas , se ha vuelto más difícil encontrar las mercancías que la gente pide, porque “al final, se manda a hacer un pedido de “N” cantidad de productos, hubo gente que seguro los tiró, los que los guardaron quizás les interesa venderlos, quizás no se acuerdan que los tienen o simplemente son recuerdos valiosos, herencia familiar… Considero que pasará el mismo fenómeno con la conmemoración de los cincuenta años del México 70; ya sea porque la gente los coleccione por nostalgia, gusto o por interés comercial”.
Edecán de la XIX Olimpiada posando frente a un anuncio del evento multideportivo. Colección Villasana - Torres.
En su experiencia, hay un souvenir que se ha vuelto uno de los más codiciados de la época: la antorcha . Las hubo en cuatro versiones, las primeras dos eran de aluminio (una del color del material y otra versión en negro) y tenían impresas el símbolo de la paloma de la paz en la parte superior, la que era de color aluminio venía en un contenedor cilíndrico rosa mexicano con turquesa que llamaba mucho la atención.
Las otras dos eran antorchas suajadas, que en la parte superior tenían la inscripción “México 68” con el característico logo que hacía referencia a los aros olímpicos; este tipo de antorchas eran las reproducciones de las utilizadas para los relevos de la flama olímpica y a la que utilizó Norma Enriqueta Basilio para encender el pebetero del estadio de Ciudad Universitaria. Juan nos dice que el precio puede ir desde los 15 hasta más de 25 mil pesos.
Diferentes souvenirs con la forma de las antorchas olímpicas de 1968. Imágenes de Google.
Otros objetos difíciles de encontrar son los uniformes de las edecanes, ya que es complicado encontrar el vestuario en excelentes condiciones; sin embargo, si se llegasen a encontrar, el precio podría oscilar entre los 5 y los 15 mil pesos. Aún más complicados son las insignias que les dieron a los jueces o las mismas medallas olímpicas, “que estas últimas son casi imposibles de encontrar”.
Edecanes de la justa olímpica posando al interior de un complejo deportivo. Colección Villasana - Torres.
Juan tuvo la oportunidad de trabajar para la exposición “La traza del 68” que actualmente se exhibe en el Museo de la Ciudad de México, encontrando un par de objetos e inmobiliario, Luis Rodríguez, curador de la muestra, platicó ante los medios que el eje rector de la exposición era que el público conociera sobre la importancia que tuvo el año de 1968 para la sociedad mexicana - sobre todo en la capitalina-:
“La Ciudad de México no sería la misma sin el polifacético legado de 1968, marcado por la búsqueda de libertad y democracia, autonomía universitaria y modernidad, auge arquitectónico, a partir de la creatividad y la fuerza de la juventud; en contraste con el autoritarismo y la respuesta represora del gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz”, dijo.
Par lograr su cometido, la exposición cuenta con 14 ambientaciones donde se puede conocer, a través de recreaciones, la casa de un estudiante, las oficinas del Comité Olímpico y se explora sobre cómo los jóvenes retomaron la gráfica de las olimpiadas durante las protestas; pero ellos no fueron los únicos.
Imagen de la parte trasera de un módulo de información sobre Avenida Paseo de la Reforma, donde se pueden observar distintos símbolos alusivos a las competencias de aquella gesta olímpica. Colección Villasana-Torres.
El ejercicio de reutilizar tanto la gráfica olímpica como los sucesos sociales que estaban pasando también se extendió al terreno comercial y decenas de anuncios de productos tenían al menos un elemento siguiendo la tendencia visual o verbal de las competencias olímpicas.
Anuncios publicitarios de 1968 que utilizaron la temática de la justa olímpica para promocionar sus productos o contenidos. Colección Villasana - Torres.
Al igual que hoy en día, la publicidad se hizo partícipe de los acontecimientos que en ese entonces dominaron la atención del público y, sumado al interés que el gobierno federal tenía para que en todas partes del país hubiera una imagen de las Olimpiadas ; el diseño gráfico y la emoción por las competencias dominaron por semanas el imaginario de los ciudadanos mexicanos.
Nuestra imagen comparativa antigua es una vista de la avenida 20 de Noviembre, en el Centro Histórico, ornamentada con alumbrado decorativo sobre la justa olímpica, al fondo se puede percibir la Catedral Metropolitana en 1968. Colección Villasana - Torres. Fotografía actual: Alejandra Arriaga. Diseño web: Miguel Ángel Garnica.
La foto principal es un módulo de información de los Juegos Olímpicos de 1968 sobre Paseo de la Reforma. Colección Villasana - Torres.
Fotografía antigua: Colección Villasana - Torres. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Fuentes: Juan Ramírez, especialista en comunicación visual y comerciante.