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Por más de 20 años, don Miguel guardó en su casa una pequeña pistola cromada calibre .25, con la idea de tener forma de proteger a su familia; sin embargo, decidió que era mejor canjearla en el atrio de la Basílica de Guadalupe y con el dinero llevar a cabo reparaciones que necesita su hogar.

“La tenía sólo para salvaguardar mi hogar, como protección, pero le dije a mi esposa: “Para qué la queremos ahí, nada más se está oxidando”, comentó Miguel, quien entregó una de las 5 mil armas que el Gobierno de la Ciudad de México espera canjear para su destrucción, como una forma de erradicar la violencia.

Don Miguel se sentó en el módulo frente a personal de la policía capitalina y del Ejército, quienes tomaron datos del arma que entregó y sin mayor diálogo le preguntaron si estaba de acuerdo en recibir 4 mil 800 pesos a cambio, a lo cual asintió.

“Voy a invertirlo en mi casa, para arreglarla, hacer algo de mantenimiento”, comentó el señor.

Recordó que visitó La Villa, en la alcaldía de Gustavo A. Madero, porque días antes recibió un folleto donde se convocaba al inicio del programa Sí al Desarme, Sí a la Paz, del Gobierno capitalino, y se decidió a acudir, pues admitió que podría ser más peligroso tener el arma en casa.

Desde ayer la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, encabezó el arranque de este programa, el cual recorrerá las 16 alcaldías y tiene un presupuesto de 20 millones de pesos para 2019, pero aclaró que si es necesario se ampliará el recurso.

“Tener un arma en casa se piensa que es para autodefensa, pero se corre más riesgo”, dijo Sheinbaum.

Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobierno y creadora del programa desde la gestión pasada, dijo que el desarme pretende disminuir los accidentes fatales en hogares y promover la cultura de la no violencia.

“Quienes participen en el programa podrán acudir a los centros de canje, con la seguridad de que no habrá investigación sobre el origen de las armas y su identidad estará protegida”, aclaró Rodríguez.

El secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta, expuso que cada vez resulta más fácil conseguir un arma, incluso en los tianguis, y que se debe combatir su ingreso ilegal, sobre todo a través del norte del país, y que de alguna manera impacta a la Ciudad de México.

Sheinbaum Pardo refirió que un comité de inteligencia indaga la venta clandestina de armas y que el desarme forma parte de una estrategia para pacificar a la Ciudad, la cual incluye la creación de 300 centros comunitarios llamados Pilares, pláticas a alumnos de secundaria sobre cultura de la paz, becas a jóvenes y el programa Alto al Fuego para recuperar a aquellos que ya se involucraron con la delincuencia.

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