Atizapán de Zaragoza, Méx.— En la zozobra viven más de 300 familias de San José del Jaral, ante el temor de nuevos desbordamientos del , que hace cinco días inundó de lodo y aguas negras sus casas.

El fin de semana quedaron suspendidos los trabajos para colocar costaleras en el río que interconecta con la presa el Ángulo, dijeron vecinos de esta comunidad durante un recorrido que realizó EL UNIVERSAL bajo una tupida lluvia.

La construcción de bodegas, el cambio del curso del río, el manejo de compuertas de la presa El Ángulo y las fuertes lluvias, son factores que se conjugaron en la ruptura del cauce, indicaron vecinos reunidos en la calle Flor de Lima.

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Ante el riesgo de nuevos desbordamientos, es urgente que intervengan autoridades federales, estatales, así como municipales de Cuautitlán Izcalli y Atizapán de Zaragoza, demandaron.

Además, “es tiempo que concluyan las obras como el emisor poniente, así como la construcción de un cárcamo planeado desde febrero de 2006 y 2008”, reiteraron familias afectadas que mostraron oficios de obras inconclusas y denuncias del riesgo desde hace más de una década y también cuestionaron la ausencia de la alcaldesa Ruth Olvera Nieto, quien no ha ido a la zona afectada.

En el desbordamiento del martes 22 de junio, el torrente invadió y subió de 1.70 metros hasta dos metros dentro de las casas de la zona.

“De acuerdo con un censo, resultamos afectadas 307 casas en siete manzanas y decenas de vehículos que quedaron atrapados bajo lodo y aguas negras, con muchos adultos mayores solos en riesgo”, afirmó Juan Carlos Balderas.

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Cabe señalar que el director de Protección Civil y Bomberos de Atizapán de Zaragoza, Carlos Alcántara Salinas, indicó que 80 familias habían resultado afectadas con daños severos en sus viviendas.

Apenas el jueves, el director del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Atizapán (SAPASA), Esteban Quiroz Aguilar, informó que había quedado instalada una barrera con 3 mil 500 costales de arena a lo largo de 80 metros para sustituir el muro del río que el torrente del agua derribó.

No obstante, ayer vecinos señalaron en un recorrido que realizó EL UNIVERSAL, que los trabajos quedaron inconclusos, pues las costaleras no podrán detener lo que no pudo un muro de contención y temen nuevos desbordamientos.