Aunque las plataformas digitales de reparto de alimentos han tenido un crecimiento exponencial en la, siete de cada 10 repartidores no tiene ningún tipo de seguridad social, y los que lo tienen lo pagan por su propia cuenta.

Y aunque en ocasiones algunas aplicaciones ofrecen un seguro “barato” de cerca de mil pesos al año para cubrir accidentes durante los viajes al repartir, si ocurriera un siniestro entre pedido o de regreso a casa estarían totalmente desprotegidos.

Lo anterior con base en el estudio Este futuro no aplica de Oxfam México y el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig), donde se realizaron mil encuestas a las personas repartidoras, 30 entrevistas a los mismos trabajadores, así como a propietarios de restaurantes o pequeños negocios de la capital, entre el 20 de agosto y el 20 de septiembre de 2021.

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Por lo anterior, 54% de los encuestados consideraron muy importante o importante que las empresas de reparto den algún tipo de seguridad social, como seguros médicos o de vida, seguido de tener las prestaciones de ley, así como mejorar las comisiones o propinas.

Mientras tanto, 37% de las personas repartidoras mencionaron el desempleo como la principal motivación para haber entrado a trabajar con las plataformas, “motivo importante durante 2021, seguramente conectado con los altos niveles de desempleo, especialmente de mujeres”.

En cambio, 26% de los repartidores mencionaron que ingresaron a este trabajo buscando complementar sus ingresos; 33%, un trabajo con flexibilidad de horarios, y 2% por otra causa.

No obstante, quienes han optado por este trabajo por la flexibilidad de horarios, obtienen una libertad bastante limitada, ya que presentan una mediana de seis días de trabajo y 40 horas de labores a la semana.

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El estudio detalla que, en promedio, las personas repartidoras ganan 2 mil 85 pesos por semana, contemplando sus gastos de trabajo, es decir, que las utilidades generadas equivalen a 53 pesos promedio por hora trabajada, es decir ingresos por debajo del salario promedio en la capital.

Incluso, esto significa que se encuentran en alta vulnerabilidad, ya que 46% de los encuestados reporta haber realizado un gasto catastrófico por accidentes y enfermedad grave como Covid, y haber gastado entre 6 mil 127 pesos, casi 70% de su utilidad mensual promedio.

En ese sentido, 85% de los repartidores indicaron que son objeto de acoso, especialmente las mujeres. El 22% indicó que han recibido acoso por parte de los clientes; 20% por negocios; 1% por personal de la aplicación, y el resto no quiso detallar.

El informe da a conocer las historias de repartidoras, quienes revelan que clientes una vez entregado su pedido las invitan a entrar a sus casas o departamentos, o sus compañeros lanzan comentarios inapropiados hacia ellas.

No obstante, la mayoría de las personas repartidoras considera que la paga que reciben, donde la propina representa aproximadamente 50% de sus ingresos, no justifica los riesgos que corren en la calle.

De acuerdo con los datos de la encuesta, la aplicación que da mejores condiciones de trabajo, de acuerdo con las personas repartidoras, es Uber Eats, con 49%; Rappi, con 34.2%; Didi Food, con 12%; Postmates, 0.3%, otras, 0.3%, y 4.3% no contestó.

A partir de los hallazgos encontrados en el estudio, Oxfam México recomendó a las aplicaciones cumplir con los códigos éticos, derechos laborales y humanos, y así ofrecer esquemas de aseguramiento completo a las personas repartidoras y no únicamente durante la entrega de pedidos.

Así como tener asignado un presupuesto específico para apoyarlas en temas de acoso, violencia y discriminación.

Al IMSS hicieron la observación que deben avanzar en el reconocimiento de la relación laboral entre plataformas con las trabajadoras y que las apps hagan las aportaciones que les corresponden como empleadores.

Mientras que al gobierno federal y de la Ciudad de México que deben reconocer y diagnosticar las prácticas empresariales que no garanticen los derechos humanos y laborales, y en su caso, sancionarlas.

Además, que deben reconocer el trabajo de las personas repartidoras como uno que debe ser remunerado justamente, que los repartidores tengan lugares para que puedan estacionarse, y simplificar el cobro de impuestos para no requerir de personal contable para realizar las declaraciones y pagar los impuestos.

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