Toluca, Méx.— El feminismo desde la trinchera de la autoridad no es sencillo, aseguró Ángeles Andrea Ávila Torres, titular del área operativa en Toluca de la policía de género de la Secretaría de Seguridad local.

Encargarse de atender las agresiones contra mujeres pero que aun así ellas deciden quedarse junto a su agresor es una experiencia que para las policías “deja un dolor muy profundo, porque lo único que queremos es ver a las víctimas vivir”.

Esta policía, de 30 años y licenciada en Criminología, es una de las 20 elementos capacitadas para la atención a las mujeres víctimas de violencia, situación que, dijo, dejan marcas en las encargadas del orden, pues en muchos casos se trata de niñas.

Sin embargo, lamentó que para los grupos feministas el trabajo que desempeñan no es valioso, pese a que, en su opinión, es un verdadero “acto de feminismo intervenir y acompañar a una mujer hasta ponerla a salvo”.

Toluca es uno de los municipios que concentran el mayor número de llamadas de auxilio por violencia de género, por debajo de Ecatepec y por encima de Naucalpan, de modo que para la corporación el trabajo es permanente, arduo y “doloroso”, pues un importante porcentaje de mujeres decide quedarse en casa con su pareja o familiar que las golpea, humilla o explota económicamente, pues ellas temen quedarse sin casa, sin sus hijos o solas, reconoció Ángeles.

“A veces la ciudadanía piensa que uno como autoridad no hace nada, que no se apoya a las mujeres. Dicen que para qué denuncian, que nadie hace caso o que es inútil, pero puedo decir que la mayoría de las veces ellas mismas rechazan esa ayuda”, lamentó.

Según datos de la Secretaría de Seguridad, de enero de 2020 a marzo de este año, se atendieron a mil 825 víctimas, pero sólo se iniciaron 462 carpetas de investigación, y se otorgaron 466 medidas de protección, 100 fueron por extrema violencia.

Para Ángeles, como mujer es un dilema enorme la sensación que le deja atender estos casos, pues su anhelo es que todas las víctimas rompan esos patrones de violencia y, como autoridad, sabe que las mujeres también enfrentan discriminación por parte de la ciudadanía y de sus compañeros, pues si bien la visión actual es empoderarlas dentro de la corporación, ésta estuvo integrada por hombres, quienes, al igual que la sociedad civil, consideran que ellas no cuentan con la destreza o capacidad sufientes.

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“Se tiene la sensación de que siempre estamos en riesgo, pues no tenemos un ambiente cíclico, una escena puede tener 20 de-senlaces y el temor va compensado con la satisfacción que tengo cuando una mujer violentada te agradece o un niño te dice que va a poder dormir tranquilo porque ya no lo van a agredir”.

Relató que su trabajo en la célula especializada en violencia de género consiste en recibir las llamadas al 911 o 089 que denuncian la agresión. La llamada es canalizada a las policías estatal y municipal, quienes acuden a la dirección proporcionada. Entre enero de 2020 y marzo sumaron 11 mil 110 visitas a domicilios.

“Nos toca hacerle sentir a la mujer que no está sola, por eso trabajamos con la Secretaría de la Mujer, donde las asesoran. Lo que nos corresponde es hacerles saber que, si denuncian, no se van a quedar solas.

“A veces se distorsiona el feminismo, hay quienes lo pueden tomar como una venganza contra el gobierno y se pierde el enfoque de luchar por los derechos de la mujer y lograr una vida libre de violencia”, apuntó.