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Un día después de que colocaron la primera piedra para reconstruir una de las dos torres del edificio Osa Mayor, en la colonia Doctores, los damnificados de estos inmuebles revivieron el sismo del 19 de septiembre con la alarma sísmica que sonó este miércoles.
Alrededor de estos edificios hay al menos cuatro bocinas que a las 09:20 horas reprodujeron el sonido que prevenía a la gente por un posible sismo fuerte, en ese momento, recuerda Luis uno de los cuidadores del campamento, él salió de la carpa blanca y buscó un lugar para resguardarse.
“Pegué mi cuerpo a una de las bardas del estacionamiento que está aquí al lado, pero yo no sentí nada”, comenta.
Luis no es damnificado, es uno de los encargados de cuidar los electrodomésticos, ropa y muebles de los vecinos, a quien han dejado para hacer sus guardias.
Él antes ayudaba a los habitantes de las torres a cargar sus compras y a hacer limpieza.
Ahora, le piden que se quede por ratos dentro del campamento, pues a siete meses del terremoto han tenido que continuar con sus labores normales.
Cuarenta minutos después del temblor de magnitud 5.2, Gustavo López , uno de los habitantes de la Torre que ya fue demolida, llegó al campamento para hacer relevo. Él vio, durante la alerta sísmica, que los edificios cercanos se movían, la gente tuvo crisis de nervios y sus compañeros de carpa mandaron varios mensajes de texto por un chat que tienen en común.
“Prácticamente no se sintió, solo se vio que los postes se movían y los cables. Todo mundo corrió y volteó a ver el edificio para cerciorarse que no fuera a pasar nada”, cuenta López.
Cada sismo que se presenta para los vecinos del inmueble Osa Mayor es un recordatorio del temblor del 19 de septiembre del año pasado, que los dejó sin techo y en condición de damnificados.
Gustavo López revisó su teléfono en varias ocasiones para contestar los mensajes de sus vecinos, una de ellas les escribió para avisarles que tenía que regresar por su hijo a la escuela, pues se había asustado por la alerta sísmica.
Sin embargo, a pesar de los pocos minutos de incertidumbre por el temblor de ayer, los vecinos aseguran que están contentos porque sus dos edificios serán reconstruidos y hasta pidieron a el actual jefe de gobierno, José Ramón Amieva, que sea su padrino en cuanto se inauguren las dos torres.
Para ayudar a pagar esta reconstrucción se levantarán dos pisos más con departamentos, para que la venta de éstos reduzca la deuda de los condóminos.
Mientras tanto, 12 familias continúan durmiendo en el campamento, a pocos metros de las torres de Osa Mayor, donde ahora trabajan obreros para levantar nuevos dos edificios.