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Al ser catalogado como un delito no grave, el acoso es otro de los delitos que en la mayoría de los casos queda impune; durante los últimos tres años las denuncias incrementaron 433%, al pasar de 39 incidentes en 2014 a 208 durante el año pasado, periodo en el que se imputaron a 13 personas, de las cuales sólo cuatro fueron a prisión preventiva, de acuerdo con datos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ).

El resto de los imputados quedaron en libertad —con algunas restricciones legales— al llegar a un acuerdo reparatorio con la víctima.

“El problema es que el acoso como tal no se considera un delito grave, para que un acosador se vaya a la cárcel necesita lastimarte o robarte; es decir, imputarle otro delito y no realmente la intención de atacarte sexualmente como tal”, asegura Norma Raygadas, abogada especializada en delitos sexuales.

Aunque el delito durante el último trienio aumentó exponencialmente, la cifra negra supera por mucho las cifras oficiales, afirma.

“Lo más triste es la cifra negra, por cada 10 mujeres que se acercan a levantar una denuncia hay otras 20 que no encuentran ayuda o simplemente no saben qué hacer, el caso más reciente, por ejemplo, es el de la mujer en la Condesa.

“Lo imputaron por intento de robo, luego comprobaron que la tocó sin su consentimiento y ahora hay que ver si en verdad lo castigan o el sistema le da beneficios, que no se acerque a ella, que lo saquen de la Condesa o lo que sea, qué garantías hay de que no va a atacar a otra mujer”, comentó.

En este sentido, las cifras detallan que en 2015 se abrieron apenas 33 denuncias, de las cuales sólo una persona fue imputada, pero al llegar a un acuerdo reparatorio no fue encarcelado; este número volvió a crecer en 2016, periodo en el que se contabilizaron 181 quejas, mientras que el año pasado las denuncias nuevamente crecieron exponencialmente al cerrar con 208 acusaciones.

Dijo que las redes sociales se convirtieron en una importante herramienta para denunciar.

Identifican focos rojos. Las autoridades han identificado el transporte público como el punto más vulnerable para las mujeres; otros son las calles de las delegaciones Cuauhtémoc, Coyoacán, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, en un horario de las 14:00 horas hasta la madrugada, según las denuncias que se han documentado durante los últimos cuatro años.

Las víctimas oscilan entre los 20 y 30 años de edad, siendo las miradas lascivas las quejas más comunes, después los “acercamientos” indebidos y por último los tocamientos.

El 60% de los abusos ocurrieron en de los vagones del Metro, donde a pesar de que se solicita la intervención de los policías asignados a las estaciones, el responsable difícilmente es identificado o detenido.

De 2016 a la fecha las agresiones sexuales se incrementaron en el corredor Roma-Condesa, la zona centro de la Ciudad y en el sector de Polanco, donde se han reforzado los trabajos de vigilancia, así como la supervisión de las cámaras de la Secretaría de Seguridad; sin embargo, estas medidas no han logrado inhibir el acoso.

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