San Salvador Atenco, Méx.— En tierras de cultivo, ríos y caminos que abarcan una extensión de aproximadamente cinco kilómetros fueron localizadas grietas de entre 100 y 300 metros de largo y profundidades de uno a cinco metros en los ejidos de Atenco y a un costado del río Papalotla.
Campesinos e integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra denunciaron el pasado 13 de mayo, ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la aparición de grietas en esa zona cercana de donde se construía el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, cancelado por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los ejidatarios que han continuado la exploración y monitoreo dijeron que las grietas siguen creciendo.
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“La misma afectación se presenta en los costados de la invasiva autopista Texcoco-Pirámides, obra complementaria al cancelado aeropuerto, que afecta cinco ejidos, un cuerpo de agua de 300 hectáreas y que a la fecha sigue impugnada en los tribunales agrarios por su ilegalidad”, expresaron.
La grieta que apareció en el río Papalotla absorbe toda el agua a una velocidad de aproximadamente 300 litros por segundo.
“La tierra que hemos defendido ya por dos décadas sigue sufriendo los efectos de la desecación y el despojo. Ahora vuelve a reclamar su razón de ser: un vaso regulador de la cuenca del Valle de México y destino de los ríos Xalapango, Coxcacoaco y Papalotla”, explicó el frente.
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Los integrantes del movimiento campesino, que ha exigido desde hace varios años que no se construyera la autopista Texcoco-Pirámides porque se hizo en parte de sus tierras y formaba parte de las obras de infraestructura vial del nuevo aeropuerto, advirtieron sobre el riesgo que existe si funciona ese camino de peaje.
“Operar la autopista Texcoco-Pirámides en una tierra agrietada por la desecación es un grave riesgo para la población y la agricultura. Los únicos responsables de que se repita una tragedia como las que recientemente han pagado con vidas serán tanto las empresas e inversionistas como el mismo gobierno”, alertaron.