En la cocina podemos encontrar ingredientes con nombres inesperados de acuerdo al país en donde nos encontremos. Como ejemplo de ello está el pito , término que llama la atención en México pero que en algunos países de Latinoamérica solo se refiere a la flor de pita, misma que puedes incluir en tus para gozar de sus beneficios.

El Colorín es un árbol endémico de al que se le conoce también como flor de pita o pito y pertenece a la familia de las leguminosas . Se caracteriza por sus espinas, hojas trifoliadas y anchas, con flores rojas y angostas que se agrupan formando un racimo pequeño.

Según el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana , el fruto de esta planta es una especie de vaina con semillas rojas y negras, lo más común es que solo se consuman las rojas, aunque en algunas regiones se comen las hojas tiernas también.

Existen diversas variaciones de esta flor según la región. El tipo caribaea, por ejemplo, se consume en la sierra Norte de Puebla. La forma tradicional de comerlas es cocidas en agua con sal caliza y agregarlas a un guiso de frijoles con chile. Otras variedades, como la americana, también se conoce y consume en México. Las del tipo herbácea y leptorhiza son más comunes en San Luis Potosí.

Un árbol que ha trascendido por siglos

Este árbol fue sagrado para los mayas y las culturas del centro de México. Tiene connotaciones míticas que aluden a su estructura con ramificaciones que rematan en flores .

En México se le conoce comúnmente como colorín o machete por su color y la forma de sus brotes florales. Se utiliza mayormente en la preparación de comida rural. Sin embargo, la puedes encontrar en los mercados populares de las ciudades, sobre todo los días de cuaresma. Estas flores se venden por montoncitos y son ideales para agregar a ciertos guisados.

La forma tradicional de preparar el pito o flor de pita para el consumo es desprendiendo las anteras y el pistilo para utilizar únicamente los pétalos que se preparan de diferentes maneras.

Hay registros de que el códice florentino le atribuye un valor estético a este árbol . Pero es hasta el siglo XX que se investigan y registran más datos sobre su valor gastronómico y medicinal. El botánico mexicano Maximino Martínez señaló que la flor de este árbol tiene usos como: antídoto, antinflamatorio, narcótico, contra dermatosis y que era capaz de producir parálisis.

Cómo puedes agregar el pito a tus comidas

Esta flor puede prepararse y comerse de diversas maneras según la zona del país. Presta atención a los siguientes guisos que te fascinarán.

En Tuxpan, Veracruz, se preparan pichocos con huevo; es decir colorines guisados con jitomate, cebolla y ajo, revueltos con huevo. En otras zonas se preparan con frijoles y se forman tortitas.

El pito puede consumirse cocido o frito, revuelto con huevo o mezclado con salsa de chile, ajo y epazote, como tradicionalmente se come en la región Nahua.

Otra opción es acompañarlo con frijoles o saborizar con rajas de chile verde y cilantro.

También puedes incluir la flor de pita en un delicioso huatape, el caldo típico de la Huasteca, o en pipián como hacen en la Mixteca poblana.

Ahora que si lo tuyo no es la cocina, muchos hierberos y curanderos utilizan la flor de pita para algunos remedios caseros. Su uso medicinal proviene desde la época prehispánica. La semilla molida aseguran que, por ejemplo, cura el dolor de muelas, y las infusiones con esta planta son ideales para aliviar las molestias de la erisipela que es una enfermedad infecciosa de la piel.

El valor gastronómico y medicinal del pito no se puede poner en duda. Ahora que ya lo conoces no puedes dejar pasar la oportunidad de probarlo en los guisos que tradicionalmente lo incluyen, o incluso probar y experimentar para hacer tus propias recetas acompañadas de esta flor prehispánica.

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