En nuestro país se registran 15 mil nuevos casos de cáncer colorrectal al año, lo que lo convierte en uno de los cánceres más frecuentes entre la población mexicana, y uno de los factores de riesgo para padecerlo es la mala alimentación que incluye el alto consumo de carnes procesadas y la poca ingesta de fibra , por lo que una dieta equilibrada puede marcar la diferencia.
Un cambio de hábitos que incluyan actividad física —por lo menos 30 minutos diarios—, así como reducir el consumo de carnes rojas , de lácteos, pero sobre todo de carnes procesadas, además de evitar el consumo de tabaco y alcohol, podrían reducir las posibilidades de padecer cáncer colorrectal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que una porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo en aproximadamente un 18%. “De acuerdo con las estimaciones más recientes del Proyecto sobre la Carga Global de Enfermedad, una organización de investigación académica independiente, cerca de 34 mil muertes por cáncer al año en todo el mundo son atribuibles a dietas ricas en carne procesada”, indica la OMS
El consumo de carnes rojas y carnes procesadas puede aumentar el riesgo de padecer cáncer debido a que éstas pueden contener sustancias químicas que se forman durante su cocción, como los compuestos N-nitroso y los hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son de alto riesgo para la salud humana.
La carne procesada se refiere a: “la carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o carne de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre”. OMS
La dieta occidental
Max Sarachaga, director médico de Amgen, comenta que el cáncer de colon y de recto se relacionan con esta dieta occidental que tenemos en México, y que incluye grandes cantidades de carne roja y otros alimentos de gran contenido calórico que significan un gran factor de riesgo.
“Quizá pudiéramos tener alguna estrategia de prevención modificando la dieta, pero también es muy importante notar que cuando el cáncer de colon se diagnostica de manera temprana, como muchos otros cánceres, es curable, así que es recomendable que a partir de los 50 años nos hagamos una colonoscopia”, refiere Sarachaga.
La dieta occidental se caracteriza por una baja ingesta de vegetales y de fibra, y un alto consumo de sodio, azúcares refinados, grasas saturadas y proteína de origen animal.
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Por su parte, Vanessa García Montes, especialista en oncología médica, indica que es esencial que comencemos a adaptar un mejor estilo de vida para reducir el riesgo de padecer cáncer de colon o de recto, pues entre mejor cuidemos la alimentación y llevemos a cabo una rutina de ejercicios, no solo vamos a reducir el riesgo de padecer este cáncer, sino otras enfermedades relacionadas con la obesidad y el sobrepeso.
Explica que el tipo de alimentos que consumimos juega un papel preponderante en la prevención y hace hincapié en la importancia de comer cosas más naturales, con mayor cantidad de fibra para un buen funcionamiento del organismo.
Adopción de nuevos hábitos
La especialista en oncología médica, indica que para adoptar nuevos hábitos que coadyuven a la prevención, es necesario que primero tengamos conciencia de que debemos dejar atrás nuestros malos hábitos alimenticios, y que tenemos que adoptar una alimentación más saludable.
“El tipo de alimentación que puede detonar el cáncer de colón y en general otros tipos de cánceres, como el de endometrio, el de mama, tiene que ver en la alimentación que está basada en proteína de origen animal, grasa principalmente, embutidos. La carne roja no es dañina, pero depende de la cantidad que consumamos, y lo ideal es no consumirla más de tres veces a la semana, tampoco es recomendable quitarla por completo de nuestra alimentación”, afirma.
La oncóloga destaca que debemos añadir aceites naturales a nuestra dieta, como el aceite de oliva, el aceite de aguacate, además de consumir aguacate y semillas, que contienen grasa natural.
“Obvio, estos productos los debemos de incluir en una dieta muy balanceada que se complemente con vegetales, con frutas. Tal vez han escuchado hablar de la dieta mediterránea, que es alta en vegetales, en el consumo de proteína animal como pescados; tratar de reducir en medida de lo que se pueda, las carnes rojas y las carnes procesadas, esto nos ayudará a mantenernos más sanos, además de mantenernos en nuestro peso, que es indispensable, porque este tipo de tumores también se relacionan con la obesidad y el sobrepeso”, afirma.
Alimentos aliados de la prevención
De acuerdo con los profesionales de la salud de la clínica Mayo, las mujeres deben consumir entre 21 a 25 gramos de fibra al día, mientras que los hombres deben consumir de 30 a 38 gramos al día.
Se le considera como fibra dietética a la parte comestible de las plantas o hidratos de carbono análogos resistentes a la digestión y la absorción en el intestino delgado humano y que sufre una fermentación total o parcial en el intestino grueso.
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Entre los alimentos que contienen una mayor cantidad de fibra se encuentran: chícharos, brócoli, papa con cáscara (al horno), coliflor cruda, zanahoria cruda, col de Bruselas, fresa, manzana, pera, plátano y naranja, pastas de trigo integral, lentejas, frijoles, quinoa, avena y arroz integral. El consumo de la fibra , junto con la ingesta adecuada de líquidos, se mueve rápida y relativamente fácil a través del tracto digestivo para que funcione de manera correcta.
Alimentos con fibra
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