Léase lentamente como si fuera ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma): La mordida cruje. Pedazos de migajas fritas caen al plato. El relleno es suave y ligeramente salado. Al contacto con la espesa salsa, se transforma en un increíble bocado agridulce -mmmm-. Sostengo, sumerjo, muerdo, repito, y así hasta terminar los tres filetes de cerdo empanizados con panko y aderezados con salsa tonkatsu. Estoy en el restaurante Nagaoka, donde desde hace 35 años honran al país de sol naciente a través de su comida.

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Como muchos, me contagié de la emoción de los juegos olímpicos (¿fui políticamente incorrecta?), pero al fin pudimos disfrutar de las aguerridas competencias entre los mejores deportistas del mundo, y de paso, conocer un poco más de la cultura japonesa. Es por ello que le comparto uno de mis locales nipones favoritos de la ciudad. Aquí comerá rodeado de bambú, palma, fotografías de templos e ilustraciones y hasta música tradicional. Solo falta una geisha caminando por el lugar para sentirse del otro lado del mundo.

Para los primerizos, el vasto menú puede ser confuso, y los palillos -ohashi- resultar imponentes. La solución: pedir un tenedor y dejarse guiar por las fotografías. En caso de buscar una experiencia completa, ordene el wateishoku. Algo así como un menú degustación con diferentes platillos representativos que dejan satisfecho a cualquiera: ensalada, sashimi, filekatsu, tempura, arroz, sopa y postre, a continuación le explico.

La desnuda mesa comenzará a llenarse de platos. Primero llega la ensalada, es fresca y acidita, lleva pulpo en láminas, fideos transparentes, alga y vinagreta de pepino. Antes de terminarla, aparecerá un trío de láminas de pescado de corte grueso -el sashimi- y el arroz blanco. Le recomiendo tomar un poco de wasabi, ponerlo sobre un trozo de pescado y sumergir en la soya. Acto seguido, lleve un bocado de arroz a la boca y repita hasta terminar.

“Acompañe sus alimentos con una jarra de té verde. Es lo más tradicional que puede hacer”.

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Si quiere verse conocedor, no pida el arroz frito, la comida va mejor con el gohan -arroz blanco-. Seguimos con el témpura: camarones y vegetales rebozados y fritos. Hay que sumergir cada pieza en un líquido café (que indicará su mesero), y comerlo rápido o perderá su maravillosa textura.

Es probable que a esta altura arribe la sopa miso, elaborada con pasta de soya fermentada, acompañada con tofu, alga y cebollín. No pida cuchara, levante el plato y dé pequeños sorbos. Importante: está pensada para asentar el estómago, así que lo mejor es beberla hasta el final. Es decir, después del platillo estrella del que le hablé al inicio del texto: el filekatsu. Para terminar, la camelia: una gelatina de café con leche endulzada y licor de café.

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Nagaoka

Arkansas 38, Nápoles, CDMX.

Tel: 55 5543 9530

Horario: : mar-sáb 13-22:30, dom 13-19:30.

Promedio: $450.00 pesos

*Diana Féito es periodista gastronómica. Siempre la encontrarás comiendo algo rico compartiéndolo en sus redes sociales