Tres millones de dolares el minuto,
la llamada a los dos primeros les costó,
el maligno a la calavera copetona
solo tres pesitos le cobró.
Quedó Enrique con parálisis labial
creyendo que era el consentido infernal,
en eso el cuernudo le felicitó:
"Desde el infierno que tu has creado,
la llamada al mío se cobra como local".
Ay compañeros de mi PRImer partido,
no extrañen a su Quique el copetón:
por que ya hicieron la próxima lista
al infierno la próxima visita:
"De todos los que robamos a la Nación".