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GALERÍA: Mujeres de la amapola

Para construir su casa de material, María Ponce, indígena na suvi, se dedica a la siembra de amapola, oficio que aprendió de su esposo. Hace 7 años su pareja partió a EU en busca de trabajo, pues su familia se endeudó con 40 mil pesos por enfermedad que contrajo su hija

María es originaria de Cochoapa el Grande, municipio de La Montaña, Guerrero, donde, según Coneval, 95.5% de su población vive en extrema pobreza y con los mayores índices de rezago social del país
Antes de que se fuera a Estados Unidos, el esposo de María le enseñó a manejar el cultivo y la recolección de la goma de amapola. La ayudan dos primas y una sobrina de seis años
La indígena de 35 años y sus tres hijos vivían en casa de sus suegros; para construir su propia casa, María decidió dedicarse a la amapola
Hombres de la comunidad, como el esposo de María, han partido hacia Estados Unidos o se han unido al crimen
Gracias a sus 55 centímetros de altura, Juanita logra realizar más fácil la tareas de rayado y, sobre todo, la recolección de goma
Tras la recolección, familiares de su esposo supervisan y limpian la planta conocida en la lengua tu’un savi como Núniku ndo’o
Ante la falta de oportunidades, cientos de indígenas de La Montaña de Guerrero que viven en extrema pobreza han hallado en esta siembra una actividad vital para mantenerse
20/03/2017 |20:31
Redacción El Universal
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