En julio de 2012, un niño de 9 años y su familia se convirtió en el anfitrión de periodistas que acudieron a documentar el arribo de la tortuga golfina, que llega a las playas michoacanas a desovar.
Durante el Verano, en la playa se instalaron las casas de campaña que funcionaban como base en el único lugar donde había luz.
Hasta el sitio llegó un grupo de niños intrigados por los extraños y atentos a todos los movimientos. Iban encabezados por Edilberto Reyes.
A la mañana siguiente, mientras don Miguel —padre de Edilberto— mostraba cómo recolectaban los huevos de tortuga para su protección y posterior liberación, la reportera Astrid que jugaba con los pequeños fue arrastrada por las olas.
Edilberto, con la destreza de quienes viven en la costa, impidió que ese instante se convirtiera en tragedia; desde ese momento se volvieron inseparables mientras duró el trabajo.
Tres años después, al regresar a Ixtapilla la cobertura fue otra: la muerte de Edilberto.
El 19 de julio de este año, fuerzas federales detuvieron a Cemeí Verdía, líder comunitario de Ostula. Los pobladores se opusieron, por lo que se manifestaron para exigir su liberación.
La jornada terminó con un presunto enfrentamiento y una bala perdida mató al pequeño ya de 12 años.