Es una de las obras más respetadas, un ícono para la ciudad, incluso comparado con el Empire State de Nueva York.
Redacción
Si se repitiera un terremoto como el de 1985, el edificio solamente se movería como si estuviera siendo sujeto a vientos de 32 kilómetros por hora por su sistema único de amortiguadores.
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Su fachada de vidrio doble, forma una piel de cristal de 25 milímetros de espesor que proporciona un máximo aislamiento del calor y ruido, además de permitir la entrada de 60% más de luz natural.
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Sus acabados son de mármol y granito en áreas comunes y vestíbulos.
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La Torre está administrada por el Building Management System (BMS), un sistema inteligente que controla todas las instalaciones.
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Este rascacielos busca incrementar los niveles de productividad, en su terraza los empleados se pueden relajar en un ambiente confortable, con música y vegetación.
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Un elevador exclusivo lleva al helipuerto desde donde se puede admirar Paseo de la Reforma y el Castillo de Chapultepec.