.— Lo primero que hará Yoandrys Bolaño al instalarse en Estados Unidos será crear obras de arte, montar una exposición y plasmar las vivencias de miles de migrantes que como él, buscan alcanzar el sueño americano.

Yoandrys se ha convertido en la voz de los cubanos en Reynosa, donde ha luchado para todos los migrantes, ya sean sus compatriotas o centroamericanos, para que tengan la oportunidad de cruzar a Estados Unidos, luego de hasta tres años de espera.

El lunes, los migrantes establecidos en esta frontera recibieron la noticia de que por fin serían recibidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).

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El primer día cruzaron 28 migrantes, 24 procedentes de Cuba y otros cuatro de Venezuela, que formaban parte de los más de 700 que están en Reynosa esperando sus trámites migratorios.

Momento agridulce

Héctor Silva, director de la Casa Senda de Vida, el albergue por donde pasan miles de migrantes, reconoce que están contentos y a la vez tristes, porque todos forman una gran familia.

“No sólo nosotros, como directores de la casa, sino también entre los migrantes, porque hicieron lazos de amistad, de hermandad. Con el paso del tiempo nos convertimos en familia”, dijo.

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Explicó que a los migrantes se les llama por teléfono “para que sepan que las autoridades de Estados Unidos van a recibirlos, que van a revisar sus documentos y de esta forma puedan obtener su permanencia al otro lado de la frontera, lo que finalmente es el sueño de todos ellos”.

Héctor Silva señaló que La Casa Senda de Vida ha servido en estos momentos como enlace para que las autoridades competentes puedan llevar a la gente a su destino a Estados Unidos.

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Yoandrys Bolaño asegura que los migrantes están contentos, pues tras años de lucha, al fin son recibidos en Estados Unidos.

“Fue una satisfacción para nosotros, porque después de tanto tiempo de espera, un rayito al final del túnel no nos viene mal. Actualmente, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados [ACNUR] es la encargada de hacer el trámite. Para nosotros ha sido un regocijo. Aquí estamos en Senda de Vida como trampolín y de ahí nos llevan al puente”.