Chilpancingo.— El hospital de la Madre y el Niño y la Unidad de Partería en esta capital amaneció con cientos de adultos mayores formados esperando ser vacunados contra el Covid-19 .

Muchos fueron llegando porque sus hijos vieron la fila y de inmediato fueron por ellos; otros porque un vecino les dijo que estaban vacunando; unos más se enteraron por las redes sociales . Lo cierto es que a las nueve de la mañana en los dos lugares las filas eran largas, desordenadas y todos sin la certeza de que se las aplicarían.

Todo comenzó una noche antes cuando comenzó el rumor de que habían llegado a vacunas contra el Covid-19 para los adultos mayores. Ninguna autoridad lo negó, pero tampoco lo confirmó.

Don Juan, un hombre de 70 años, llegó a las seis de la mañana a la Unidad de Pediatría . Se formó en la pequeña fila. Cuando pudo preguntó a uno de los servidores de la nación que apoyan en la vacunación, quien le respondió que en ese lugar sólo se inmunizaría a personal médico que está en la segunda y tercera línea de atención de pacientes con coronavirus . Don Juan se retiró, convencido de que no sería vacunado.

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Unas seis horas después, don Juan regresó y confrontó al mismo servidor de la nación. Le reclamó que además de la fila del personal médico hubiera otra con adultos mayores. El servidor sólo atinó a señalar que “los coordinadores” (que estaban adentro) autorizaron vacunas a unos 200 adultos mayores que ya estaban formados, pero eso ocurrió cuando don Juan se retiró.

“¿Si no están vacunando por qué no retiran a los adultos mayores?”, se le preguntó.

“Ya les dijimos, pero no se quieren ir; es que ven que hay gente formada y tienen la esperanza de alcanzar la vacuna”.

Casi toda la mañana fue de incertidumbre y rumores, mientras el gobierno federal y estatal guardaron silencio. Cuando por fin decidieron hablar, ocho horas después, sólo confundieron más.

La delegación del gobierno federal indicó que en Chilpancingo no habría vacunación para adultos mayores, sólo para personal médico. Mientras que la Secretaría de Salud estatal aseguró que sí habría, pero sólo mil 400 dosis que sobraron en la aplicación en el municipio de Zumpango.

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En el hospital de la Madre y el Niño ocurría algo parecido. Cientos de adultos se formaron. Pero acá el personal se organizó un poco más. Les informaron que no había vacunas para ellos, pero que, por la demanda que hicieron, habían designado 250 dosis. Dieron fichas y algunos se retiraron.

Los que se quedaron, lo hicieron bajo el sol quemante. En esta fila estaba formada Fortina Medida, una mujer de 86 años, con su gorra, su doble cubrebocas y su careta, sentada en un banco que le trajo su hija, Graciela.

Fortina tenía la ficha 83; obtuvo ese número porque cuando Graciela iba de compras pasó por el hospital y se dio cuenta de las filas. Se detuvo y preguntó. No lo pensó y fue por su madre. Ambas estaban contentas en la fila, pese al intenso sol de este viernes.

Su alegría tiene muchos motivos. Su madre es diabética e hipertensa . Y por eso, estos meses, Fortina se la ha pasado encerrada, con el mínimo contacto.