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Iguala.— Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa lanzaron bombas molotov a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería, en esta ciudad, como parte de las protestas por el cuarto año de la desaparición de 43 de sus compañeros.
Para esa hora, los pobladores de Iguala habían tomado sus precauciones. En el centro algunos negocios estaban cerrados, mientras que el ayuntamiento y el Palacio de Justicia fueron desalojados desde temprano por las protestas.
“Acá la gente todavía se asusta cuando dicen que vienen los de Ayotzinapa, se corrió el rumor de que venían 40 autobús y comenzaron a cerrar algunos”, cuenta una vecina.
Además, lamentaron que en la terna para ser el nuevo Secretario de la Defensa Nacional (Sedena) en el próximo gobierno, que encabezará Andrés Manuel López Obrador, supuestamente se encuentre el general Alejandro Saavedra, quien en 2014 era el comandante de la 35 Zona Militar, de la cual depende el 27 Batallón de Infantería. El vocero, Felipe de la Cruz, lamentó que el gobierno de Enrique Peña Nieto se haya resistido a que el Ejército fuera investigado. Incluso, dijo, el gobierno del priísta “no ha permitido que los familiares, así como sus representantes legales, puedan ingresar al 27 Batallón”.
El papel que tuvo el Ejército esa noche siempre ha estado en la mira de los padres y madres, así como de las organizaciones sociales que los acompañan, recordó. El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que investigó el caso durante más de un año, estableció en una de sus recomendaciones revisar el papel del Ejército esa noche.
El caso Ayotzinapa marcó a esta ciudad. Desde esa noche y madrugada, 26 y 27 de septiembre de 2014, Iguala tiene el estigma de lugar violento. En esas horas presuntos integrantes de la banda delictiva Guerreros Unidos y policías de Iguala, Cocula, Huitzuco y Taxco asesinaron a tres estudiantes y desaparecieron a otros 43.