Juchitán de Zaragoza.— Cuando tenía 15 años, Pijy salió de su pueblo en la región del Bajo Mixe de Oaxaca después de ser para interponer una denuncia ante el Ministerio Público de Matías Romero. Hace un mes, la joven se enteró que alguien suplantó su identidad y le otorgó el perdón a su agresor.

Desde que la joven ayuujk salió de su comunidad, hace nueve años, nunca se ejerció acción penal contra el presunto agresor, identificado como Plácido “N”. Por el contrario, hace un mes se fraguó la suplantación de la identidad de Pijy ante la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) y el juez de Control, Omar Morales Simón, revocó la orden de aprehensión que existía contra el hombre por el delito de violación agravada.

La denuncia de Pijy, cuya verdadera identidad es reservada por seguridad, fue realizada a través del activista ayuujk Joaquín Galván y la abogada que lleva el caso, quienes a nombre de la víctima denunciaron a EL UNIVERSAL posibles actos de corrupción dentro del sistema de justicia en la región del Istmo de Tehuantepec.

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Dichos actos, coincidieron, llevaron a una tercera persona, una mujer identificada como Karla “N”, a suplantar la identidad física y en documentos de la víctima y supuestamente “engañar” a una sicóloga, a un juez y a un agente del Ministerio Público para concederle el perdón al acusado de violación sexual.

Fue en 2013 cuando Pijy fue abusada sexualmente por Plácido “N”, un conocido operador político de la zona húmeda mixe que en sus redes sociales presume sus fotografías posando con políticos del estado, sobre todo del partido Morena.

Después de la violación y el acoso que sufrió por la denuncia, Pijy se autoexilió de su pueblo y dejó en manos de la fiscalía oaxaqueña la justicia. Durante nueve años intentó rehacer su vida lejos de su comunidad de origen y su agresor, hasta el 21 de septiembre pasado, cuando el hombre alardeó de haberse librado de la ley.

Ante ese alarde, Pijy y su abogada acudieron ante el Ministerio Público donde está interpuesta la causa penal 210/2013 y fue entonces cuando se enteraron que su caso estaba sobreseído, es decir, se suspendió el proceso. Lo anterior, le argumentaron, porque la denunciante “había otorgado el perdón el día 20 de septiembre a Plácido ‘N’”.

Suplantan su identidad

La mujer que se hizo pasar por Pijy, se presentó ante el MP y el juez para narrar que la denuncia de violación era falsa. Que se había casado con su agresor y que tenían un hijo. Ninguna autoridad le solicitó pruebas para respaldar sus dichos.

Ante esta situación, Pijy solicitó los documentos y verificó que para acceder a todo el proceso, la persona que la suplantó presentó una credencial con todos los datos de la víctima, pero con su fotografía. Esta tercera persona incluso fue atendida por una sicóloga de la fiscalía, instancia donde supuestamente nadie se dio cuenta de la suplantación de la identidad.

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Al revisar su expediente Pijy se dio cuenta de que los documentos con los que se presentó la otra mujer correspondían a la novia actual de su agresor, a quien reconoció inmediatamente. Se trata de una mujer cuya identidad verdadera es Karla “N”. Con esa comparecencia, Plácido logró que el juez de Control Omar Morales Simón revocara la orden de aprehensión contra el imputado, dijo.

Tanto la víctima como la abogada refieren que en la fiscalía supuestamente nadie se dio cuenta de la suplantación de identidad. Sobre todo porque en realidad nadie corroboró que la persona que se presentó fuera la misma, quien interpuso la denuncia, a pesar de que la identificación oficial de la víctima obra en el expediente, explica Joaquín Galván, activista que acompaña el caso.

Actualmente, el expediente cuenta con dos credenciales de identificación de dos personas distintas, pero con los mismos datos: Pijy, la víctima y la suplantadora, actual novia del agresor, cuya foto de la identificación deja en evidencia que se trata de una mujer distinta.

Ahora, la joven no sólo tiene que lidiar con la revictimización de que su expediente se reabra y que se restituya la orden de aprehensión contra el hombre que ella desde hace nueve años denunció por haberla violado.

Hoy también tiene que probar que ella es la verdadera Pijy, y no la mujer que otorgó el perdón, ya que ni el juzgado ni la fiscalía verificaron su identidad, ya sea por negligencia o por abierta corrupción, acusa.

La exigencia de Pijy es que se restituya la orden de aprehensión en contra de su agresor Plácido “N”. Que se sancione a todos o quienes fueron parte de la suplantación de su identidad y que se realicen las investigaciones internas entre el personal de la fiscalía de Oaxaca y el Poder Judicial estatal, para saber hasta qué nivel participaron en este segundo delito y sus alcances. También se exige que se emitan medidas cautelares a Pijy, ante el riesgo que corre.

“El agresor presume tener contactos de alto nivel, por eso hago un llamado enérgico a Salomón Jara, gobernador electo [Morena], para que en caso de conocer a este sujeto, propicie las condiciones para que Pijy pueda tener acceso a la justicia en su caso y no se permita más impunidad bajo influencias”, exige el activista Joaquín Galván.

Consultada por EL UNIVERSAL, la fiscalía de Oaxaca reconoce que existe la denuncia. Aseguró que ya investiga el caso y que la vicefiscal regional en el Istmo, Liliana del Carmen Baroja Martínez, tiene contacto con la víctima y se le atiende directamente.

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